Despierta con el rugido lejano de Cataratas Victoria antes de lanzarte a 25 rápidos salvajes del Zambezi con guías expertos a tu lado. Siente el frío rocío en la piel, rema con fuerza entre las sombras de Batoka Gorge y luego sube para almorzar al aire libre. Esta excursión te dejará embarrado, sonriendo y quizás un poco transformado.
Lo primero que recuerdo es el sonido — ese trueno bajo y constante de las Cataratas Victoria río arriba, como una advertencia o quizás un reto. Acabábamos de salir de la furgoneta tras el traslado desde Livingstone, entrecerrando los ojos por el sol y medio riendo porque nadie sabía bien qué nos esperaba. Nuestro guía, Tinashe, sonrió y nos entregó los cascos. “Esto lo vais a necesitar”, dijo, y luego nos explicó las normas de seguridad con más paciencia de la que merecía (yo seguía ajustándome el chaleco salvavidas). El aire olía intenso, casi metálico — agua del río mezclada con polvo y protector solar.
El descenso a la garganta Batoka fue más empinado de lo que imaginaba. Me temblaban un poco las piernas, pero lo achacaba a la emoción. Al borde del río Zambezi, se notaba lo fría que estaba el agua solo con la bruma. Tinashe nos repasó los básicos del remo (“¡Adelante es adelante!”), y entonces arrancamos — directo al primer rápido antes de que nadie tuviera tiempo de pensarlo dos veces. No hay forma de describir esas primeras olas salvo como puro caos; agua por todos lados, gritos rebotando en las paredes negras de basalto. En un momento me tragué medio río y salí escupiendo mientras alguien detrás gritaba como si estuviéramos en una montaña rusa.
Por el rápido 10 o 12 (la verdad, todos se mezclan), encontramos un ritmo raro — remar fuerte, agacharse cuando Tinashe grita “¡abajo!”, reír cuando alguien cae al agua (pasó más de una vez). En algunos tramos los acantilados se cerraban y veías destellos de sol reflejándose en las rocas mojadas. Hubo un instante de calma entre rápidos; solo los pájaros arriba y nuestra balsa meciéndose suave. No esperaba sentirme tan pequeño ahí fuera — no miedo exactamente, sino consciente de que este río lleva aquí toda la vida.
La caminata de regreso tras el rafting parecía una broma al principio (¿quién pone escaleras aquí?), pero se convirtió en una lenta procesión de sonrisas cansadas y zapatos embarrados. El almuerzo supo mejor de lo que debería — quizá porque nos lo habíamos ganado o simplemente porque estaba esperando bajo un árbol con bebidas frías. Más tarde alguien pasó fotos en el móvil; salgo ridículo en la mayoría, pero también un poco orgulloso. A veces sigo pensando en esa vista hacia la garganta — todo ese espacio y luz después de tanto ruido.
En la excursión de rafting de día completo bajo Cataratas Victoria recorrerás 25 rápidos.
Sí, el traslado ida y vuelta desde tu hotel o alojamiento en Livingstone está incluido.
Ropa que se seque rápido, protección solar, sandalias resistentes con tiras (no chanclas) y deja los objetos de valor en el hotel.
Sí, el almuerzo está incluido después del rafting — hay opciones vegetarianas si lo pides al reservar.
Tu día incluye acceso a fotos y videos destacados de tu aventura en el río.
Se requiere buena condición física; los guías explican todas las medidas de seguridad, pero algo de experiencia ayuda.
El tour empieza cerca de Cataratas Victoria con traslado desde hoteles en Livingstone hasta Batoka Gorge.
La caminata es corta pero empinada — prepárate para un ascenso exigente tras el río.
Tu día incluye traslado ida y vuelta desde Livingstone, todos los traslados a Batoka Gorge cerca de Cataratas Victoria, refrescos y agua mineral durante toda la jornada, un almuerzo contundente bajo árboles con sombra tras el descenso (opción vegetariana si la pides antes), además de fotos y videos para que no arriesgues tu móvil en el agua.
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