Comienza tu día en Saigón con un grupo pequeño y guía local, navegando por el río antes de explorar los Túneles de Cu Chi antes que las multitudes. Recorre túneles auténticos, prueba yuca, escucha historias familiares de tu guía y disfruta un almuerzo junto al agua antes de volver a Ho Chi Minh.
“¿Seguro que no eres claustrofóbico?” Eso nos preguntó nuestra guía, Linh, justo antes de meternos en el primer túnel. Me reí, pero la verdad es que el corazón me latía fuerte. El aire allá abajo es denso y terroso, con un toque dulce de raíces y polvo antiguo. Mis rodillas rozaban el barro mientras avanzábamos tras el haz de la linterna de Linh. Ella soltaba datos curiosos —como que los Viet Cong usaban sandalias hechas con neumáticos viejos— pero lo que más me quedó fueron las historias sobre su abuelo. No esperaba sentir tanto solo por arrastrarme por esos pasadizos estrechos.
La mañana arrancó temprano en Saigón, donde nos juntamos en la estación del barco. Soplababa una brisa ligera del río, con un aroma a diésel mezclado con algo floral (¿jazmín tal vez?). Éramos un grupo pequeño, solo ocho personas, así que parecía más una salida con amigos que un tour masivo. Navegamos rápido entre el tráfico, viendo a pescadores lanzar sus redes y niños saludando desde casas de madera sobre pilotes. Es curioso cómo el ruido de la ciudad está tan cerca de este tranquilo paisaje verde.
Cuando llegamos a los Túneles de Cu Chi, los grandes autobuses turísticos aún no habían aparecido. Linh nos llevó directo a un rincón con sombra para probar pastelitos de arroz pegajoso y un café bien cargado (quizás debí saltarme la segunda taza). El video de propaganda que mostraron era borroso y extrañamente alegre —“resistencia gloriosa” y todo eso— pero Linh nos dio contexto sin endulzar nada. Más tarde me ofreció un trozo de yuca cocida; sabía simple pero resultó reconfortante después de escuchar cómo la gente sobrevivió con tan poco durante años.
El almuerzo junto al río estaba lleno del canto de las cigarras y el tintinear de los palillos. Compartimos rollitos de primavera y sopa mientras Linh señalaba aves entre los juncos. A veces aún recuerdo esa vista —agua turbia deslizándose entre plataneras, el sol reflejándose en techos de hojalata a lo lejos. De regreso a Ho Chi Minh, me recosté y me dejé llevar un rato. No todos los días uno puede meterse a gatear por la historia así.
El tour dura unas cuatro horas, empezando alrededor de las 9:00 am en los Túneles de Cu Chi y regresando después del almuerzo, cerca de las 11:30 am.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos si te alojas en los Distritos 1 o 3 de Ho Chi Minh.
Incluye snacks para el desayuno como pastelitos de arroz pegajoso y un almuerzo tradicional vietnamita con rollitos de primavera, pollo, carne de res, sopa y degustación de yuca.
Puedes pedir dietas específicas al reservar; puede haber un costo extra para comidas especiales.
El grupo máximo es de 14 personas para una experiencia más personalizada.
Sí, durante la visita podrás gatear dentro de túneles auténticos usados por el Viet Cong.
Es apto para todos los niveles de condición física; los bebés pueden participar si van en brazos o en cochecito.
Se recomienda llevar una chaqueta ligera entre noviembre y febrero; ropa cómoda es lo mejor porque estarás moviéndote al aire libre.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en los distritos centrales de Ho Chi Minh, snacks para el desayuno, almuerzo vietnamita a la orilla del río con degustación de yuca, bebidas y frutas locales ilimitadas durante el viaje, WiFi en el transporte entre Saigón y los Túneles de Cu Chi, todas las entradas pagadas y la guía de un experto local con licencia internacional que comparte historias familiares en el camino.
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