Verás Saigón desde un ángulo nuevo—por el agua al atardecer—pasando por puntos emblemáticos y aldeas ribereñas escondidas. Es relajante, revelador y lo suficientemente distinto para sentirse especial.
El aire se sentía más fresco cuando subimos a la lancha rápida en el muelle de Tan Cang, justo bajo el antiguo puente de Saigón. Se escuchaba una mezcla de sonidos del río y el tráfico lejano de la ciudad, una calma extraña pero reconfortante. Nuestro guía, Minh, nos contó que este puente es como una arteria principal de Ho Chi Minh, siempre bullicioso pero de alguna manera tranquilo visto desde el agua.
Pasamos a toda velocidad junto a Vinhomes Central Park y Golden River; esas torres de cristal se ven diferentes desde aquí, casi más suaves con la luz que se desvanece. La lancha aminoró cerca del puerto nuevo de Saigón. Minh explicó que es la terminal de contenedores más grande de Vietnam; si miras bien, verás grúas moviéndose como insectos gigantes. Se percibía un leve olor a diésel mezclado con la brisa del río, extraño pero auténtico.
Navegando por el boulevard Dong Tay, vi familias pescando desde pequeñas embarcaciones y niños saludando desde la orilla. El sol bajó aún más, tiñendo todo de dorado por unos minutos. Rodeamos una isla donde la vida parece ir más despacio: casas de madera sobre pilotes, ropa ondeando al viento, alguien asando pescado cerca (de verdad se huele). Aquí todo está en silencio salvo el zumbido del motor y algunos pájaros en el cielo.
A las 6:30 pm llegamos al muelle Bach Dang. La ciudad se iluminaba detrás de nosotros, con neones encendiéndose uno a uno. Nos sentamos en un pequeño café a la orilla del río y tomamos un café vietnamita fuerte (o té si prefieres). Ese primer sorbo pega fuerte después de tanto aire fresco. Luego volvimos a la lancha para el regreso, viendo los rascacielos brillar contra el cielo oscuro. Todo duró unas dos horas, pero se sintió más largo—y para bien.
Sí, es bastante tranquila y apta para la mayoría de edades y niveles físicos. Solo no se recomienda si tienes lesiones graves en la columna.
Lo mejor es ropa ligera—por la noche suele haber brisa en el río. Proporcionan agua y toallitas húmedas, así que no necesitas mucho más.
¡Sí! Tendrás cena a bordo y una taza de café vietnamita o té durante la parada en el muelle Bach Dang.
La experiencia completa dura unas dos horas, desde la recogida hasta la vuelta.
Tu entrada incluye recogida y regreso al hotel (Distritos 1, 3 y 4), seguro de viaje, todas las entradas, cena a bordo, una taza de café vietnamita o té por persona en el muelle Bach Dang, bocadillos de pastel de trigo, agua mineral, toallitas húmedas y un guía experto de habla inglesa que conoce bien el tema.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?