Pedalea por tranquilos caminos rurales cerca de Hoi An, prueba montar un búfalo de agua o remar en un bote cesta entre palmas, degusta té y dulces locales con los aldeanos, y termina el día paseando por las calles iluminadas del casco antiguo para soltar tu propio farol de loto en el río y atraer buena suerte.
No esperaba reír tanto intentando subirme a un búfalo de agua a las afueras de Hoi An, pero ahí estaba, agarrado mientras nuestro guía Minh sonreía como si lo hubiera visto mil veces. El campo ya vibraba esa mañana, el aire cargado con el aroma de tierra mojada y algo herbal que venía de los cultivos. Minh nos esperaba en el hotel con las bicicletas (la mía chirriaba un poco, pero eso le daba encanto), y arrancamos por esos senderos estrechos que serpentean entre arrozales y huertos. En el pueblo de Tra Que, paramos a observar a los agricultores trabajando — manos hundidas en la tierra, moviéndose tan en silencio que casi daba pena hablar fuerte.
Después visitamos el Bosque de Palmas Nipa, y aún recuerdo el chapoteo de los remos bajo esos arcos verdes. Probamos a remar en uno de esos botes cesta redondos — no es tan fácil como parece en Instagram — y Li, otra local que conocimos allí, se rió cuando intenté decir “dừa nước” (coco de agua) en vietnamita. Seguro lo dije fatal. Ella nos enseñó a tejer pequeños juguetes con hojas de palma mientras tomábamos un té caliente con un sabor dulce y herbal muy suave. Hubo un momento en que todo pareció detenerse: la luz del sol filtrándose entre las hojas, alguien cantando bajito desde otro bote cercano.
De vuelta en el casco antiguo de Hoi An, el ambiente cambió — volvió el color y el movimiento. El Mercado Central estaba lleno de vida: vendedores gritando precios, cestas llenas de pitahayas apiladas, el aroma intenso de hierbas por todas partes. Minh me ofreció un vaso de una bebida herbal (no logré recordar el nombre), fría y un poco amarga, pero perfecta para refrescarse después de tanto pedalear. Caminamos por callejones estrechos junto a muros cubiertos de musgo y puertas de madera antiguas hasta que llegó el crepúsculo. Encender un farol de loto junto al río Hoai fue algo muy especial; vi cómo el mío se alejaba flotando entre decenas de otros, pequeñas llamas bailando sobre el agua oscura. A veces todavía pienso en esa imagen, ¿sabes?
Sí, se incluye recogida en el hotel o punto de encuentro para todos los participantes.
El tour dura todo el día, incluyendo ciclismo por el campo, visitas a aldeas y recorrido por el casco antiguo.
No se requieren habilidades avanzadas; se recomienda estar en forma moderada por los caminos rurales.
Los bebés pueden unirse pero deben ir en el regazo de un adulto durante las actividades.
No se ofrece almuerzo completo; disfrutarás de té herbal local y dulces de coco caseros como tentempié.
Este tour no es recomendable para embarazadas ni personas con problemas de columna o corazón.
Montar un búfalo de agua, remar en bote cesta en el Bosque de Palmas Nipa y soltar faroles de papel en el río Hoai.
Sí, después de la visita al campo recorrerás el mercado y las calles históricas del casco antiguo.
Tu día incluye recogida en hotel o punto de encuentro con tu guía, uso de bicicletas para explorar las aldeas rurales de Hoi An y el pueblo de verduras Tra Que, oportunidad de montar un búfalo de agua si te animas, remar en un bote cesta con locales en el Bosque de Palmas Nipa (más té y dulces de coco), paseo por las calles del mercado del casco antiguo al atardecer y tiempo para soltar tu propio farol de papel en el río Hoai antes de regresar.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?