Recorre Hanoi en motos vintage con un guía local, visita lugares como el Mausoleo de Ho Chi Minh y el Puente Long Biên, toma café en Train Street mientras pasa el tren, explora callejones que pocos turistas ven y termina con un café de huevo en un café original del Barrio Antiguo. Prepárate para sorpresas y quizá alguna salpicadura en tus jeans.
Casi pierdo el inicio porque no encontraba la correa del casco (clásico en mí), pero nuestro guía Minh solo sonrió y me dio uno de repuesto. Así empezó todo—nada formal, solo un grupo tambaleándose en scooters vintage en el bullicio matutino de Hanoi. La ciudad ya vibraba; se olía la masa frita de los puestos callejeros y sonaba ese coro infinito de bocinas. Pasamos zumbando frente al Mausoleo de Ho Chi Minh—Minh lo llamó “el corazón de Hanoi” y nos señaló dónde la gente viene a rendir homenaje. Lo había visto en fotos, pero ahí, con la bandera ondeando y familias posando, se siente diferente.
El Templo de la Literatura estaba más tranquilo de lo que esperaba—solo pájaros y el ruido lejano del tráfico. Minh nos contó que los estudiantes vienen aquí buscando suerte antes de los exámenes. Toqué una de las antiguas tortugas de piedra (con cuidado, lo prometo) y me pregunté cuántas manos habrán hecho lo mismo en siglos. Luego llegó Train Street. Pensé que ya estaba cerrada, pero Minh nos llevó por un callejón lateral hasta un café diminuto pegado a las vías. Esperamos—risas nerviosas, café temblando en las tazas—y entonces el tren pasó tan cerca que juraría que mi cabello se movió. Todos aplaudimos como si hubiéramos sobrevivido juntos.
Después nos adentramos en callejones donde el aire cambió—menos humo de escape, más olor a hierbas y carbón de los puestos de comida. Niños nos saludaban desde las puertas; un señor mayor gritó algo amable al pasar (creo). Saltamos baches rumbo al Puente Long Biên, oxidado y majestuoso sobre el río. Minh dijo que fue construido por los franceses pero es orgullo de los hanoianos—un dragón sobre el agua. De pie ahí, con el viento tirando de mi camisa, la ciudad atrás y el campo adelante, me sentí pequeño, pero en el mejor sentido.
Terminamos en una cafetería con muebles reciclados en el Barrio Antiguo—café de huevo espeso como pudín, dulce y con un toque terroso. Alguien derramó el suyo riendo por su primera vez en scooter (esta vez no fui yo). No fue un día perfecto—mis vaqueros se salpicaron en algún momento—pero eso lo hizo más real. A veces aún escucho ese tren en mi cabeza cuando todo se queda en silencio.
Sí, el tour incluye recogida y regreso al hotel.
Sí—el guía sabe cómo acceder a Train Street de forma segura pese a cierres recientes.
Incluye Mausoleo de Ho Chi Minh, Templo de la Literatura, Puente Long Biên, además de callejones y mercados ocultos.
La experiencia completa dura unas 4–5 horas en moto o scooter vintage.
Recibirás agua embotellada durante el recorrido y un auténtico café de huevo vietnamita en un café local.
Sí—a todos los pasajeros se les entrega casco (y poncho de lluvia si hace falta).
Los bebés deben ir en el regazo de un adulto; hay asientos especiales para bebés si se solicitan.
Usa ropa cómoda que no te importe que se manche o ensucie; lo ideal son zapatos cerrados.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en moto o scooter vintage (con casco y poncho de lluvia), todas las entradas a sitios como el Mausoleo de Ho Chi Minh y el Templo de la Literatura, agua embotellada durante el recorrido y un auténtico café de huevo vietnamita en un café con mucho estilo antes de volver al hotel.
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