Recorre en moto los pasos salvajes de Ha Giang con un guía local, comparte comidas y vino de arroz con familias Tay en Du Gia, observa el tejido de cáñamo en Lung Tam, contempla los acantilados del paso Ma Pi Leng y camina hasta una fortaleza al atardecer cerca de Dong Van. Prepárate para risas en las cenas y momentos de silencio frente a valles infinitos.
La primera mañana no salió exactamente como esperaba: derramé la mitad de mi café sobre mi única camisa limpia antes de salir de la ciudad de Ha Giang. Nuestro guía, Minh, solo sonrió y me pasó una servilleta, diciendo algo sobre “buena suerte en el camino”. Quizá tenía razón. Las motos rugieron y comenzamos a subir hacia el altiplano kárstico de Dong Van. El aire se volvió fresco rápido, ese olor verde que solo encuentras en la montaña. Paramos en la Puerta del Cielo de Quan Ba para tomar café (otra vez), con vistas a esas colinas suaves que parecían irreales. Una anciana vendía naranjas pequeñas al borde del camino — compré unas y eran tan ácidas que seguro mi cara quedó para el recuerdo.
Almorzamos en el pueblo Dam Dam, en casa de una familia Tay. Su cocina olía a leña y jengibre. Intenté ayudar a preparar rollitos primavera, pero más que nada hice un desastre — Li se rió cuando traté de dar las gracias en vietnamita (seguro lo dije fatal). Más tarde vimos a mujeres en Lung Tam tejiendo tela de cáñamo a mano; sus dedos se movían tan rápido que casi me mareé. Cuando llegamos a Du Gia para pasar la noche, mis brazos vibraban por el viaje pero me sentía más ligero. La cena fue animada — mucho choque de copas con vino de arroz y relatos entre risas y medio inglés.
Al día siguiente, desayunamos al aire libre con la niebla todavía sobre los arrozales. Minh señaló las terrazas talladas en pendientes imposibles mientras rodábamos hacia Meo Vac — cada curva nos adentraba más en el paisaje. El paso Ma Pi Leng fue… difícil de describir sin sonar a folleto turístico (y este no es uno). Solo acantilados, cielo y el río muy abajo; no dejaba de pensar en lo pequeños que parecíamos desde ahí arriba. En Dong Van, nuestro hotel estaba justo al lado de la calle del mercado antiguo. Subimos a una fortaleza francesa para ver el atardecer — las piernas ardían, pero valió la pena ese silencio cuando todos dejaron de hablar al mismo tiempo.
La última mañana: fideos para desayunar y luego seguimos camino pasando por pueblos donde los niños saludaban al vernos. El Palacio del Rey Hmong se sentía cargado de historias — pasillos oscuros de madera y fotos descoloridas en las paredes. Almorzamos en Yen Minh, algo sencillo pero después de tanto andar hasta el arroz blanco sabía a gloria. Ya por la tarde volvimos a Ha Giang, polvorientos, cansados y con ganas de que el viaje no terminara aún.
El tour dura 3 días y 2 noches, comenzando en la ciudad de Ha Giang.
Sí, en cada alojamiento nocturno tendrás habitación privada durante todo el recorrido.
Sí, te recogen en tu hotel en Ha Giang a las 8:30 am el primer día.
Visitarás Tam Son, Yen Minh, Dong Van, Meo Vac, Du Gia y más en el circuito.
Incluye almuerzos y cenas cada día, muchas veces compartidos con familias locales o en restaurantes pequeños.
Sí, pasarás por el pueblo tejedor de Lung Tam y visitarás el Palacio del Rey Hmong, entre otros lugares culturales.
La ruta es guiada pero requiere manejar una moto de 150cc con cierta confianza; consulta con el operador si dudas de tu experiencia.
Recorrerás el paso Ma Pi Leng, famoso por sus acantilados sobre gargantas y paradas para disfrutar las vistas.
Tu viaje incluye recogida diaria en hotel en Ha Giang, todas las rutas en moto con un guía local que habla inglés, pasando por pueblos como Dong Van y Meo Vac, dos noches en habitaciones privadas (una en casa de familia Tay), desayunos, almuerzos y cenas con platos locales — a menudo en mesas animadas — y entradas a lugares clave como el pueblo tejedor de Lung Tam y el Palacio del Rey Hmong, finalizando con regreso al hotel al atardecer del tercer día.
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