Subirás a la montaña Langbiang, montarás en el tobogán más largo de Asia en la cascada Datanla, recorrerás la famosa Casa Loca de Da Lat y probarás fresas frescas—todo en un solo día completo con un guía local que conoce cada atajo y cada historia.
Lo primero que sentí fue el aire en la cima de la montaña Langbiang: fresco y con un ligero aroma a pino, mientras las nubes se deslizaban tan cerca que parecía que podía tocarlas. Nuestro guía, Minh, nos señaló la antigua estación de radar y nos contó cómo los locales creen que este pico vigila Da Lat. La subida no es muy dura si vas despacio; vi a un par de niños adelantarse corriendo mientras sus padres se detenían a tomar fotos. Arriba, la vista se extiende hasta los tejados de la ciudad y las verdes granjas que se ven abajo.
Después llegó el teleférico de Robin Hill. Es un trayecto corto, pero ofrece una panorámica aérea sobre bosques de pinos y campos de flores; a veces se pueden ver agricultores trabajando en pequeñas parcelas desde lo alto. Descendimos suavemente hacia el Monasterio Zen Truc Lam. El lugar es tan tranquilo que casi olvidas que hay otros visitantes alrededor. El incienso flota entre los jardines y los monjes se desplazan en silencio entre los pabellones. Justo más allá está el lago Tuyen Lam, un profundo espejo azul rodeado de árboles donde libélulas vuelan bajo en la tarde.
La cascada Datanla no fue lo que esperaba: es ruidosa y llena de vida, con el agua cayendo sobre las rocas y familias riendo mientras hacen fila para el tobogán. Esa pista es una locura: 2,4 kilómetros serpenteando por el bosque, con el viento golpeando tu cara mientras pasas junto a helechos y piedras cubiertas de musgo. ¡Nunca había probado algo así! Luego, nos adentramos en la Villa Hang Nga—la Casa Loca—que realmente hace honor a su nombre. Es como entrar en un sueño: escaleras que se enroscan, ventanas con formas extrañas e incluso una habitación con forma de calabaza gigante. Nuestro guía compartió historias sobre el arquitecto que aún vive allí de vez en cuando.
Terminamos en una granja de fresas de alta tecnología en las afueras de la ciudad. Filas de fresas colgaban ordenadas bajo techos de plástico; cogí una directamente de la planta (el dueño dijo que estaba bien) y sabía dulce con un toque ácido. Ya entrada la tarde, las nubes comenzaron a cubrir el cielo—el clima típico de Da Lat—y regresamos al centro sintiendo que habíamos exprimido cada instante del día.
¡Sí! Las actividades son aptas para toda la familia y nuestros guías se aseguran de que todos se sientan cómodos—incluso los más pequeños pueden participar en la mayoría de las paradas.
La subida a Langbiang no es muy exigente si vas con calma; hay lugares para descansar en el camino o puedes usar las opciones de transporte disponibles en el sitio.
Lo mejor es llevar calzado cómodo porque hay algo de caminata. También conviene una chaqueta ligera—el clima en Da Lat puede cambiar rápido.
Tu día incluye transporte en autobús por Da Lat, un guía local que habla inglés o vietnamita y que comparte historias fascinantes, seguro de viaje para tu tranquilidad, además de recogida y regreso fácil en el centro de la ciudad según el horario.
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