Vive Punta del Este recorriendo las terrazas artísticas de Casapueblo, los lobos marinos juguetones del puerto y la icónica escultura La Mano en la arena. Prueba dulces locales en tu pausa para almorzar en Gorlero y termina con los pies en la arena de Playa Mansa. Este tour en grupo pequeño te permite disfrutar a tu ritmo, sin apuros ni listas de visitas.
Lo primero que recuerdo es el sol reflejándose en esas paredes blancas y desiguales de Casapueblo — parecía que estábamos en algún rincón soñado del Mediterráneo, aunque el viento atlántico aquí era más fresco. Nuestro guía, Martín, sabía pausar justo el tiempo necesario para que miráramos bien antes de contarnos sobre Carlos Páez Vilaró (todavía me cuesta pronunciarlo). La vista al agua era un juego de destellos plateados y bruma azul; se olía la sal y algo dulce de un termo de mate que alguien tenía cerca. No esperaba sentir tanta calma allí.
Luego paramos en el puerto. Había unos lobos marinos echados sobre las rocas — no siempre están, nos advirtió Martín, pero ese día se gritaban entre ellos como viejos gruñones. El tour privado por Punta del Este avanzaba sin prisas; incluso al llegar a La Mano, esa gran mano que emerge de la arena (todos se toman fotos, es casi obligatorio), no parecía una visita de lista de pendientes. Un niño intentó trepar por uno de los dedos y su papá solo se rió, sin detenerlo. Eso me gustó.
La pausa para el almuerzo fue libre en la avenida Gorlero — entré a una panadería buscando algo hojaldrado y tibio (ni idea cómo se llamaba) y vi pasar a gente con gafas de sol y toallas de playa. El aire olía a protector solar mezclado con dulce de pastelería. Más tarde, en Playa Mansa, sentí la arena fresca bajo mis pies mientras Martín señalaba cómo aquí las playas de río se juntan con las del mar — no me imaginaba que podías estar con un pie en cada tipo de agua si querías. Es un detalle pequeño, pero se me quedó grabado.
Cuando llegamos al Museo Ralli y cruzamos ese puente ondulado (que me dio mariposas en el estómago), sentí que había vivido muchas caras de Punta del Este en pocas horas. No fue un solo momento grande, sino esas pequeñas escenas — aire salado, esculturas curiosas, saludos de locales en bici — lo que me dejó con ganas de volver.
El tour dura todo el día con paradas en los principales atractivos como Casapueblo y Playa Mansa.
No, el almuerzo no está incluido, pero tendrás tiempo libre en la avenida Gorlero para comer donde prefieras.
¡A veces! Los lobos marinos suelen verse en el puerto, pero no siempre están garantizados.
El tour incluye guía experto; las entradas no están especificadas en la información proporcionada.
Sí, pueden participar bebés y niños pequeños; se permiten cochecitos y hay asientos para bebés disponibles.
Se menciona que los guías son profesionales; no se especifican idiomas, pero el español es el más común en la zona.
No se requiere un nivel especial de condición física; es apto para todos los niveles.
Tu día incluye traslados entre los puntos destacados de Punta del Este con un guía local experimentado que lidera grupos pequeños. Tendrás tiempo libre para almorzar en la avenida Gorlero y paradas en lugares como el museo Casapueblo, la playa Mansa, la escultura La Mano, el Museo Ralli de arte moderno, además de la posibilidad de ver lobos marinos en el puerto antes de regresar cómodamente.
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