Caminarás descalzo por las cálidas piscinas de Pamukkale, explorarás la antigua Hierápolis con una guía experta y disfrutarás de un almuerzo con tu pequeño grupo, todo en un día fácil desde Kusadasi.
El viaje desde Kusadasi comenzó temprano, pero, sinceramente, el amanecer sobre los campos valió totalmente la pena. Nuestra guía, Ayşe, animó el trayecto con historias sobre la región; incluso nos señaló una panadería a la orilla del camino donde los locales compran simit por las mañanas. Cuando llegamos a Pamukkale, ya se veían las terrazas blancas brillando bajo el sol. No es solo una postal: se percibe un leve aroma a minerales en el aire y, si escuchas con atención, puedes oír el agua deslizarse por los travertinos.
Nos quitamos los zapatos y nos adentramos en esas famosas piscinas termales. El agua está tibia, casi sedosa, y si te quedas quieto, pequeños peces nadan alrededor de tus tobillos. Ayşe nos explicó cómo la gente viene aquí desde hace siglos para bañarse en estas fuentes. Había familias tomando fotos, pero nunca se sintió abarrotado porque nuestro grupo era pequeño (solo éramos 12). Después de secarnos, subimos hacia Hierápolis. Las ruinas se extienden por la cima de una colina; verás columnas asomando entre flores silvestres y antiguos caminos de piedra serpenteando entre olivos. El almuerzo estaba incluido en un restaurante local cercano: pollo a la parrilla sencillo y pan fresco, nada sofisticado pero perfecto después de tanto caminar.
¡Sí! La excursión es familiar y accesible para todas las edades. También hay opciones para cochecitos y sillas de ruedas.
Tendrás tiempo de sobra para relajarte en las piscinas y tomar fotos antes de subir a explorar Hierápolis.
Sí, todas las entradas están cubiertas en tu reserva, sin costes ocultos en el lugar.
Tu día incluye almuerzo en un restaurante local, todas las entradas para Pamukkale y Hierápolis, además de transporte cómodo con un guía experto que te acompañará.
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