Vive un auténtico ritual de baño turco en el Hamam Acemoglu de Estambul: mascarilla de arcilla, exfoliación tradicional, masaje de espuma sobre mármol caliente y tiempo para relajarte con té o café. Con opciones públicas o privadas y un guía local que te acompaña, prepárate para risas (y algún momento incómodo) junto a una profunda relajación.
Todo empezó con las zapatillas. El encargado me las entregó con una media sonrisa, como si supiera que iba a meter la pata en todo esto del baño turco. Intenté decir “teşekkürler” (gracias) — Li se rió de mi acento, y para ser sincero, el encargado también. Dentro del Hamam Acemoglu, todo parecía mucho más antiguo que cualquier cosa en casa; mármol pulido por el tiempo, ecos rebotando en techos abovedados. Olía a jabón y a algo terroso — seguro era la mascarilla de arcilla que mencionaron.
El guía (nunca supe su nombre, y ahora me molesta) nos contó que los sultanes venían aquí tras las oraciones hace siglos. Nos enseñó a envolver la toalla justo como debía ser — ni muy apretada ni muy floja — antes de entrar en la sala caliente. Ese primer instante sobre la piedra caliente fue raro pero agradable, el calor subiendo por mi espalda. La mascarilla de arcilla se aplicó fría y granulada; pensé que picaría, pero no, solo un cosquilleo suave. Todo estaba en silencio salvo por el agua chapoteando cerca.
El exfoliante kese fue… intenso. No dolía, pero se notaba que llevan haciéndolo toda la vida — capas de polvo de la ciudad saliendo en pequeños rollos (asqueroso pero extrañamente satisfactorio). Después vino el “lavado de burbujas,” que es básicamente cubrirte con nubes que huelen dulcemente mientras alguien deshace nudos que ni sabías que tenías. Si eliges la opción privada, es más tranquilo — solo tu eco y quien lleves contigo. Luego fui a tomar té, envuelto en una toalla, viendo a los locales charlar suavemente bajo los techos abovedados. A veces todavía recuerdo ese silencio.
Los bebés y niños pequeños pueden entrar si van en carrito; los carritos deben plegarse en recepción.
Incluye mascarilla facial de arcilla, exfoliación corporal (kese), ritual de espuma, toalla y zapatillas; el masaje está incluido si lo eliges.
Sí, puedes elegir entre baños públicos, semi-privados o totalmente privados al reservar.
Sí, después del baño te sirven té o café.
No, no se recomienda para mujeres embarazadas por razones de salud.
No especifican el tiempo exacto, pero incluye varios tratamientos; calcula entre 1 y 2 horas.
No, te proporcionan toalla y zapatillas al llegar al Hamam Acemoglu.
Tu visita incluye la entrada al histórico Hamam Acemoglu en el casco antiguo de Estambul con todo lo necesario: toalla y zapatillas al llegar, mascarilla corporal de arcilla mineral aplicada por expertos, exfoliación tradicional kese seguida de un masaje de burbujas sobre mármol caliente—y si eliges—un masaje relajante de 30 minutos más tiempo para tomar café o té antes de salir sintiéndote más ligero que al entrar.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?