Sube a un yate privado en Estambul para un crucero tranquilo por el Bósforo con guía local, pasando por el Palacio Dolmabahce, la Torre de la Doncella y el Puente de Gálata. Disfruta un té turco mientras navegas entre Europa y Asia, escuchas historias de cada lugar y vives momentos pequeños — como las risas con el capitán — que recordarás mucho tiempo después.
Subimos al yate en Beşiktaş, con los zapatos chirriando un poco sobre la cubierta pulida — yo estaba medio preocupado de que se me cayera el té antes de zarpar. El Bósforo estaba tan animado como siempre, con ferris pitando y gaviotas girando en el cielo. Nuestro capitán, Murat, sonrió y nos ofreció pequeños vasos de tulipán con çay. Nos dijo que estuviéramos atentos a los delfines (pensé que bromeaba, pero no). La ciudad se veía distinta desde aquí — palacios y mezquitas deslizándose, sus cúpulas brillando con el sol de la tarde. Es difícil de explicar, pero sientes que estás dentro y fuera de Estambul al mismo tiempo.
Primero pasamos frente al Palacio Dolmabahce, cuyo mármol casi brillaba sobre el agua. Corría una brisa que olía ligeramente a sal y a castañas asadas desde la orilla. En un momento, nuestra guía señaló la Torre de Gálata — nos contó que en tiempos otomanos servía para vigilar incendios, y me imaginé a alguien allá arriba con un catalejo y mucha paciencia. Saludamos a los pescadores en el Puente de Gálata; uno de ellos gritó algo alegre que no entendí. La Torre de la Doncella estaba solitaria en el estrecho — la guía nos contó la leyenda de la hija del sultán y la serpiente (no la arruinaré), pero me quedó grabada toda la tarde.
Lo mejor fue cuando pasamos bajo el Puente del Bósforo — el ruido del tráfico arriba mientras nosotros flotábamos en silencio debajo. El paseo de Ortaköy estaba lleno de gente comiendo kumpir (esas patatas rellenas), con risas que se escuchaban sobre el agua. Intenté pronunciar “Beylerbeyi” bien; Murat se rió y dijo que hasta los locales a veces la lían. Hubo momentos en que todos nos quedamos en silencio, viendo Europa y Asia deslizarse a cada lado — todavía pienso en esa vista en algunas noches.
La duración exacta no se especifica, pero la mayoría de los cruceros recorren los principales puntos a lo largo de ambas orillas del Bósforo en varias horas.
Pasarás por el Palacio Dolmabahce, la Torre de la Doncella, el Puente de Gálata, Ortaköy, el Palacio Beylerbeyi, el Puente del Bósforo, la Marina Viaport y la Torre de Gálata.
Sí, el crucero incluye un guía local que comparte historias sobre cada lugar que visitan.
Incluye café o té turco a bordo, además de agua embotellada.
Sí, pueden participar bebés y niños pequeños; se permiten cochecitos y los bebés deben ir en el regazo de un adulto.
No se menciona recogida en hotel; los pasajeros embarcan en la marina de Estambul.
Sí, los animales de servicio están permitidos a bordo durante el crucero.
Sí, hay WiFi para los pasajeros a bordo.
Tu experiencia incluye embarcar en un yate de lujo en Estambul con capacidad para 15 personas, comentarios guiados por un experto local mientras pasas por lugares emblemáticos como el Palacio Dolmabahce y la Torre de la Doncella, café o té turco de cortesía junto con agua embotellada, y WiFi durante todo el trayecto antes de regresar a tierra.
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