Verás elefantes en Tarangire, contemplarás la inmensidad del cráter de Ngorongoro y admirarás flamencos en el lago Manyara—todo acompañado por un guía local que se encarga de cada detalle, desde la recogida hasta el alojamiento. Prepárate para encuentros auténticos con la vida salvaje y momentos especiales—como compartir el almuerzo bajo las acacias—que recordarás siempre.
Con las manos agarradas al borde del jeep descapotable, observaba cómo nuestro guía—Jackson—señalaba un grupo de elefantes en el Parque Nacional Tarangire. Tenía ese don para encontrar animales antes que nadie. El aire estaba cargado de polvo y un aroma dulce de los árboles de acacia. Salimos temprano de Arusha (apenas recuerdo el desayuno), pero a media mañana la sabana cobraba vida—cebras moviendo la cola, jirafas que parecían deslizarse en cámara lenta. Jackson se reía cuando intentaba pronunciar “baobab” como él; aún no lo logro.
Almorzamos en un área de picnic bajo unos árboles, donde unos pequeños monos vervet nos miraban los sándwiches como si fueran ladrones diminutos. El sol picaba, pero sin ser insoportable; ese calor seco que hace que todo huela un poco a naturaleza salvaje. Esa noche, en Suricata Boma Lodge, me quedé despierto escuchando sonidos lejanos de animales—¿serían hienas?—y pensaba en lo cerca que estábamos de todo eso. Es curioso lo rápido que uno se acostumbra a dormir dentro de un parque.
Al día siguiente, nos dirigimos hacia el cráter de Ngorongoro. Hay un momento en el mirador donde ves toda la caldera extendida bajo tus pies—la niebla cubriendo las praderas—y, sinceramente, me quedé un buen rato sin decir nada. Dentro del cráter, es casi abrumador: rinocerontes negros a lo lejos (entrecerré tanto los ojos que casi veo doble), leones descansando a la sombra, flamencos agrupados en aguas poco profundas. Jackson nos contó sobre las tradiciones masái mientras avanzábamos por caminos llenos de baches; parecía conocer cada curva.
El lago Manyara estaba más verde de lo que esperaba. Flamencos por todos lados—tan rosas sobre el agua azul—y leones trepadores (aunque solo vimos uno dormitando). Las aguas termales olían un poco a azufre y formaban pequeñas nubes al contacto con el aire fresco. En el último trayecto de regreso a Arusha, me di cuenta de que mis zapatos estaban cubiertos de polvo rojo y mi cámara llena de fotos que ni siquiera había revisado. Hay algo en ver Tanzania así—con alguien que conoce cada parque al detalle—que se queda contigo mucho tiempo después de volver.
El safari dura 3 días y 2 noches.
Visitarás el Parque Nacional Tarangire, el Área de Conservación Ngorongoro y el Parque Nacional Lago Manyara.
Sí, se incluye la recogida en tu hotel en Arusha.
Incluye cenas y almuerzos tipo picnic durante el safari.
Se utiliza un Land Cruiser 4x4 con techo abatible para fotos.
Te alojarás en Suricata Boma Lodge dentro o cerca de los parques.
Es apto para todos excepto personas con lesiones en la columna o problemas cardiovasculares graves.
Hay buenas posibilidades de ver leones, leopardos, búfalos, rinocerontes negros y elefantes durante el safari.
Tu safari de tres días incluye recogida en hotel en Arusha, todas las entradas a reservas, transporte en Land Cruiser 4x4 con techo abierto para fotos, alojamiento en Suricata Boma Lodge dentro o cerca de cada parque, equipo de campamento si es necesario, cenas cada noche y almuerzos picnic en ruta—todo guiado por un experto local que se encarga de cada detalle para que solo te concentres en lo que ves fuera de la ventana.
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