Prepárate para ver leones trepadores en el Lago Manyara, manadas de ñus cruzando las llanuras abiertas del Serengeti y descender al santuario natural del Cráter de Ngorongoro, todo con un guía local experto que conoce cada atajo y historia. Este safari en grupo combina la comodidad del camping con la verdadera aventura.
Nuestro guía sonreía mientras repartía los almuerzos para picnic justo afuera de las puertas del Parque Nacional Lago Manyara. El aire estaba cálido pero ligero, y se escuchaban los pájaros charlar entre las acacias. Bajamos las ventanas del 4x4 y enseguida vimos un grupo de babuinos cruzando la carretera—uno incluso se detuvo a mirarnos antes de desaparecer entre la hierba alta. Esa primera tarde marcó el ritmo: paseos tranquilos, ojos atentos a cualquier destello de color o movimiento, y muchas historias del guía sobre cómo los locales detectan leones trepadores aquí.
La mañana siguiente empezó temprano—antes del amanecer, en realidad—con todos moviéndose por el campamento en busca de café. Dejamos atrás el Lago Manyara y nos dirigimos hacia el Parque Nacional Serengeti. El viaje ya era parte de la aventura; cruzamos pastores masái envueltos en telas coloridas y ganado levantando polvo en el camino. Al entrar en Serengeti, recuerdo lo infinito que parecía—solo pasto dorado bajo un cielo enorme. Ñus se movían en manadas, cebras andaban cerca, y de vez en cuando alguien gritaba “¡Para!” al pensar que había visto algo oculto en la maleza.
En el tercer día, nos levantamos con el sol para más safaris antes de dirigirnos al Cráter de Ngorongoro. El almuerzo en el campamento supo aún mejor después de horas buscando guepardos y elefantes (el pan aún estaba tibio, envuelto con cuidado). Esa noche, en el borde del cráter, el aire fresco hizo que todos apretaran sus chaquetas—muy distinto a la sensación en las llanuras. El último día, bajar al valle en forma de cuenco de Ngorongoro fue casi mágico; la niebla baja cubría las praderas mientras búfalos pastaban tranquilos cerca. Ya por la tarde, volvíamos a Moshi, cansados pero compartiendo avistamientos de animales todo el camino.
¡Sí, las familias son bienvenidas! Los niños pueden participar siempre que estén acompañados por adultos. También hay asientos para bebés si se necesitan.
Te alojarás en campamentos cómodos dentro o cerca de cada parque—con instalaciones básicas pero en ubicaciones perfectas para estar cerca de la vida salvaje.
Incluye todas las comidas: desayuno, almuerzo (a menudo tipo picnic) y cena cada día—además de agua embotellada durante todo el viaje.
Necesitarás pasaporte o identificación para el registro y puede que te pidan certificado de vacunación contra la fiebre amarilla al llegar a Tanzania.
Tu viaje incluye tres noches de camping con todas las comidas incluidas—from desayunos calientes hasta almuerzos para llevar—y agua embotellada cuando la necesites. Viajarás entre parques en un robusto Land Cruiser 4x4 con un guía de habla inglesa que se encargará de todo, desde encontrar animales hasta compartir datos locales. También están cubiertas todas las entradas a los parques, para que solo te preocupes por disfrutar cada momento del safari.
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