Comienza el día explorando las formaciones rocosas salvajes del Geoparque Yehliu, luego recorre las calles iluminadas por faroles de Jiufen y prueba sus bocados típicos con tu guía. En el pueblo de los gatos de Houtong conocerás a estos amigables felinos y cómo los cuidan los locales, para terminar en el vibrante mercado nocturno de Keelung con comida callejera inolvidable.
Salimos del puerto de Keelung justo después del amanecer — yo aún medio dormido, para ser sincero — y nuestro conductor, el señor Chen, nos entregó botellitas de agua con una sonrisa. La furgoneta olía un poco a chicle de menta (supongo que era suyo). Primera parada: Geoparque Yehliu. Había visto fotos, pero no esperaba que el viento me diera tan fuerte en las mejillas ni que las rocas parecieran tan extrañamente vivas. Nuestro guía señaló la formación llamada “Cabeza de Reina” y bromeó diciendo que ha “envejecido” con los años — parece que los locales discuten si todavía se parece a una reina. El mar rugía, gaviotas por todas partes. Encontraba pequeñas conchas bajo mis pies sin parar.
Luego fuimos a Jiufen, subiendo por carreteras serpenteantes donde las motos pasaban zumbando como si fueran dueñas del lugar. El aire cambió — más incienso, menos sal. Recorrimos esos callejones estrechos llenos de faroles rojos y antiguas casas de té; probé unas bolitas de taro en un puesto callejero (pegajosas, dulces, nada de lo que esperaba). Nuestro guía nos contó sobre la fiebre del oro y cómo este pueblo inspiró la película El viaje de Chihiro. Se nota un poco — colinas envueltas en niebla, escaleras que de repente no llevan a ninguna parte. En un momento nos refugiamos en una casa de té para escapar de la llovizna y terminamos viendo cómo las nubes se deslizaban sobre las montañas casi veinte minutos. No estaba planeado, pero fue mágico.
El pueblo de los gatos de Houtong es justo como su nombre indica — gatos por todos lados: durmiendo en bancos, encaramados en tejados, mirando a los turistas con esa mirada de “dame de comer”. Los niños se reían frente a murales pintados de gatos mientras una señora mayor vendía pasteles con forma de pez cerca. Nuestro guía explicó cómo los vecinos cuidan a estos gatos callejeros; se notaba que esta parte le encantaba. Yo ni siquiera soy muy de gatos, pero algo en esas colas moviéndose al sol me sacó una sonrisa.
La excursión terminó en el bullicioso mercado nocturno Miaokou de Keelung — un caos delicioso: puestos de comida chisporroteando, vapor saliendo de tortillas de ostras, gente gritando sus pedidos por encima del ruido. Probamos calamares en palitos (¡con textura!) y un rollo de helado de maní dulce que se derritió antes de que pudiera terminarlo. Para entonces mis zapatos estaban pegajosos, pero ¿sabes qué? Valió la pena solo por ese sabor.
El tour dura todo el día con paradas en el Geoparque Yehliu, Jiufen, Pueblo de los Gatos en Houtong y termina en el mercado nocturno Miaokou antes de regresar al puerto de Keelung.
Sí, el tour privado incluye recogida y regreso al puerto de Keelung.
No se incluye comida fija, pero hay paradas donde puedes comprar comida callejera o comer en restaurantes certificados halal o vegetarianos según prefieras.
Sí, los bebés pueden unirse; se pueden solicitar cochecitos y asientos especiales para bebés con antelación.
El recorrido implica caminar moderadamente y algunos caminos irregulares; contacta con anticipación si tienes necesidades específicas de movilidad.
El conductor-guía habla chino e inglés con fluidez.
Sí, las entradas al Geoparque Yehliu están incluidas en la reserva.
Sí, la ruta puede ajustarse según el clima o el tráfico para garantizar seguridad y disfrute.
Tu día incluye recogida y regreso en el puerto de Keelung con un conductor-guía que habla inglés o chino; seguro de viaje para tu tranquilidad; todas las entradas, incluyendo el Geoparque Yehliu; transporte en vehículo privado con aire acondicionado; además de opciones flexibles para comidas halal o vegetarianas antes de volver al puerto cómodamente.
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