Bajas del avión en Phuket y ves tu nombre en un cartel, sin confusiones ni multitudes. Un representante local te recibe, llama a tu conductor y pronto vas rumbo a tu hotel en un coche con aire acondicionado. Sin filas ni regateos, solo comodidad y la sensación de haber llegado a un lugar amigable.
Lo primero que me llamó la atención al llegar a Phuket no fue el calor, sino ver mi nombre en letras grandes en un cartel justo a la salida de llegadas. Apenas había pasado aduanas cuando una mujer me saludó con una sonrisa auténtica. Se presentó como May y me dijo que llamaría al conductor; “solo cinco minutos”, me aseguró. Después de un vuelo largo, encontrar a alguien esperándome fue casi un milagro. Sentí ese olor sutil a combustible de avión mezclado con la humedad tropical entrando por las puertas automáticas.
Esperamos juntos junto a la acera mientras los tuk-tuks pasaban zumbando y las familias intentaban meter su equipaje en los taxis. May me señaló cuáles eran los coches para tours grupales (“esos tardan una eternidad”, susurró) y justo entonces apareció mi furgoneta, limpia y con el aire acondicionado ya funcionando cuando se abrió la puerta. El conductor saludó con un gesto y cargó mi maleta con cuidado y experiencia. Dentro solo se escuchaba música pop tailandesa de fondo. Me acomodé y sentí un alivio enorme por no tener que regatear ni sudar en la fila del taxi.
El trayecto fue un borrón, tal vez porque no paraba de mirar las palmeras pasar o simplemente porque estaba cansado. En un momento vimos a un vendedor callejero asando algo con humo junto a la carretera; me llegó el aroma por la ventana y me prometí buscar esa comida luego (nunca lo hice, pero aún lo recuerdo). Todo el traslado privado desde el aeropuerto de Phuket hasta el hotel duró menos de una hora, directo y sin paradas incómodas. Me dejaron justo en la entrada del hotel sin complicaciones, y May me despidió con la mano desde la ventana al partir. Es curioso cómo algo tan sencillo puede hacerte sentir bienvenido en un lugar nuevo.
Sí, la recogida está incluida en la salida 2 del Terminal Internacional (interior) o en la salida 1 del Terminal Doméstico (exterior).
Un representante te esperará con un cartel de bienvenida con tu nombre en la salida designada.
Es un traslado privado directo a tu hotel, sin otros pasajeros ni paradas en el camino.
Sí, todos los impuestos, cargos del vehículo, tarifa del conductor y combustible están incluidos, sin costes extra.
Viajarás en un coche moderno con aire acondicionado (para 1-3 personas) o en una furgoneta (hasta 7 pasajeros).
Sí, se ofrece una silla para bebé gratis por reserva si la solicitas con antelación.
Todos los conductores cuentan con licencia y amplia experiencia.
El trayecto suele durar menos de una hora, dependiendo del tráfico y la ubicación del hotel.
Tu reserva incluye transporte privado desde el aeropuerto de Phuket hasta tu hotel en un vehículo con aire acondicionado, con todos los impuestos y tasas incluidos; además de un servicio personalizado de bienvenida en llegadas y una silla para bebé gratis si la necesitas, sin cargos ocultos.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?