Saldrás de Koh Tao con una tripulación local muy amable, subirás al icónico mirador de Koh Nangyuan y luego harás snorkel entre peces de colores en el Jardín de Coral Japonés y bahías secretas solo accesibles en barco. El almuerzo se sirve a bordo mientras te secas al sol. Prepárate para risas, cabello salado y momentos que querrás revivir cuando menos lo esperes.
Alguien me pasa una taza de café instantáneo, dulce y un poco arenoso, y aún medio dormido veo cómo el barco Oxygen se aleja del muelle Mae Haad. La tripulación ya se ríe de algo en tailandés, logro captar algunas palabras pero solo sonrío. Hay un olor salado en el aire, mezcla de protector solar y aceite de motor, y me doy cuenta de que hoy realmente dejamos tierra firme. Nuestro guía señala el mapa pegado junto a la nevera: Mango Bay, Hin Wong, Ao Leuk, y dice que iremos a lugares a los que ni siquiera se puede llegar por carretera. Eso captó mi atención más de lo que esperaba.
La subida a Koh Nangyuan no es larga, pero sí sudorosa: quince minutos entre escalones de piedra y raíces, todos respirando más fuerte de lo que admiten. Arriba, alguien (no yo) suelta un silbido bajo. La barra de arena que une las tres islas parece casi irreal desde aquí. Intento sacar una foto con el móvil pero termino quedándome quieto, dejando que el viento me revuelva la camiseta. Está lleno de gente pero, de algún modo, también hay silencio —quizá todos sentimos esa mezcla rara de asombro y quemadura de sol.
El almuerzo llega en una caja de plástico: arroz, curry de pollo y algo verde que todavía no sé qué es. Comer en la cubierta con el pelo mojado tiene su encanto. Luego, a ponerse aletas y máscara en el Jardín de Coral Japonés: los peces loro nadan como si fueran los dueños del lugar, y el coral cambia de color si lo miras el tiempo suficiente. En Hin Wong Bay casi me trago medio mar intentando seguir un banco de pececillos amarillos; nuestro guía sonríe a través del snorkel y me da un pulgar arriba de todas formas.
En Shark Bay, la última parada, estoy cansado pero de ese cansancio bueno que da nadar todo el día. El agua es tan clara que ves tu sombra moviéndose sobre la arena. Alguien reparte rodajas de piña mientras nos secamos en bancos de madera. De vuelta en el muelle Mae Haad hay arena por todos lados (ya desistí de sacarla de los zapatos), pero no me importa. Sigo pensando en esa vista desde arriba —quizá la próxima vez sí me acuerde de sacar una foto en vez de quedarme solo mirando.
El tour va aproximadamente de 9:00 AM a 5:00 PM, incluyendo recogida y regreso al hotel.
Sí, se sirve una caja de almuerzo estilo tailandés a bordo durante el trayecto entre las paradas para snorkel.
El traslado ida y vuelta desde la mayoría de zonas en Koh Tao está incluido, excepto para Mango Bay y Lighthouse Beach.
El tour para en Jardín de Coral Japonés (Koh Nangyuan), Mango o Lighthouse Bay, Hin Wong Bay, Ao Leuk y Shark Bay.
Es adecuado para todos los niveles físicos, pero no se recomienda para quienes tengan lesiones en la columna o ciertas condiciones de salud.
Sí, hay un guía profesional que habla inglés durante toda la excursión.
Los niños mayores de 120 cm pagan precio de adulto; los bebés deben ir en el regazo de un adulto por seguridad.
Lleva traje de baño, protector solar, toalla, cámara o móvil (para el mirador) y algo de efectivo por si hay que pagar entradas.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel (excepto algunas playas remotas), todo el equipo de snorkel como chalecos salvavidas facilitado por la amable tripulación local, almuerzo tailandés servido a bordo entre los baños, además de agua, café o té y fruta fresca durante el camino antes de volver al hotel por la tarde.
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