Te lanzas directo al agua cristalina frente a Phuket, haces snorkel entre peces de colores en las islas Phi Phi, ves monos desde la lancha cerca de Monkey Beach y recargas energías con un buffet tailandés con vista a las olas turquesas. Un guía local se encarga de todo — desde el equipo hasta los snacks — para que solo te relajes, rías y disfrutes esos colores salvajes de la isla.
Lo primero que recuerdo es el olor a protector solar mezclado con la brisa marina mientras subíamos a la lancha rápida en Phuket. Éramos un grupo pequeño, ¿unos 15? Así que se sentía más como un día con gente que realmente podrías conocer. Nuestra guía, Dao, me pasó una funda flotante para el móvil (que casi se me cae al instante) y sonrió: “La vas a necesitar.” Tenía razón. El agua alrededor de Bamboo Island tenía ese azul que solo ves en anuncios de viajes y no crees que sea real hasta que lo ves con tus propios ojos. Me sumergí con el snorkel y de repente había peces neón por todos lados, nadando entre los corales. Mi máscara se empañaba, pero la verdad no me importaba.
Después pasamos por Monkey Beach — sin bajar, solo mirando desde el bote mientras los monos hacían lo suyo en la orilla. Alguien bromeó sobre quién ganaría una carrera de natación (¿los monos o nosotros?), y Dao negó con la cabeza: “Ellos nadan mejor que la mayoría de los turistas.” Había una mezcla rara de emoción y calma — todos intentando sacar fotos pero también simplemente mirando. El aire olía un poco dulce por una fruta que alguien había pelado detrás de mí.
Almorzamos en un lugar con vista al mar — nada lujoso, pero tan bueno que repetí el curry verde. Tenían opciones vegetarianas también (no soy vegano, pero noté que alguien preguntó). Luego navegamos hacia la laguna Pileh, donde los acantilados se cierran y el verde es tan intenso que parece irreal. Intenté flotar de espaldas pero chocaba con las aletas de los demás — no era muy tranquilo, pero de alguna forma perfecto.
La última parada fue Maya Bay. No pudimos bajar (por normas ecológicas), así que Dao bajó la velocidad para que pudiéramos tomar fotos y nos contó sobre la película “The Beach”. La verdad, hasta ese momento me había olvidado de Leo DiCaprio. La luz iluminaba los acantilados justo en el momento perfecto y por un segundo todo quedó en silencio, salvo el motor. De regreso, con la piel quemada y salada, pensé en lo extraño que es compartir estos lugares con gente que probablemente nunca volverás a ver. A veces parece que fue ayer.
El tour se realiza con grupos pequeños de hasta 20 personas por lancha.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos en la reserva.
Sí, se pueden adaptar opciones vegetarianas, veganas, pescetarianas, sin gluten y otras dietas si se avisa con anticipación.
No, los visitantes solo pueden ver Monkey Beach desde el bote por normas de seguridad; no está permitido desembarcar.
Sí, incluyen chaleco salvavidas, máscara y snorkel (con boquilla nueva), aletas y una funda flotante para el móvil.
Si las condiciones no son seguras, puedes elegir otra fecha o recibir un reembolso completo.
Sí, pero los pasajeros deben proporcionar detalles del barco al reservar para coordinar la logística.
No, por restauración ecológica no se permite bajar ni nadar en Maya Bay; solo se visita en bote.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Phuket, todo el equipo de snorkel (con boquilla nueva), funda flotante para el móvil para tus fotos, snacks como fruta de temporada y café o té a bordo, agua embotellada durante todo el viaje, un almuerzo buffet con vista al mar con opciones para dietas especiales si las necesitas, y un guía local amable que se asegura de que todo salga perfecto para que regreses con la piel salada y una sonrisa.
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