Si quieres conocer Bangkok más allá del tráfico y los centros comerciales, este tour en bici te lleva a barrios auténticos, a probar snacks en Khlong Toei y a relajarte en parques que pocos turistas visitan, todo con una guía local que conoce cada atajo.
¿Conoces ese calor pegajoso que se siente en Bangkok? Te golpea justo al subirte a la bici, pero la verdad es que esa primera brisa mientras pedaleas por Rama 3 se siente aún mejor. Nuestra guía, Nok, nos hizo reír antes de salir de la oficina—se aseguró de que los cascos nos quedaran bien y nos dio un rápido resumen de lo que nos esperaba (¡ojo con los tuk-tuks que se cuelan en las esquinas!).
La primera parada fue Lumpini Park. Si solo conoces el tráfico de Bangkok, este lugar te va a sorprender. Hay una calma especial—gente mayor haciendo tai chi bajo árboles enormes, niños dando de comer a las palomas junto al lago. Olía a cerdo a la parrilla de un vendedor en la entrada, y un suave aroma a incienso venía de un pequeño santuario escondido entre los arbustos. Nok nos señaló un lagarto monitor tomando el sol junto al agua; dicen que no son peligrosos, pero a mí me dio un pequeño susto.
Seguimos por callejones hasta llegar al Mercado Khlong Toei. Es ruidoso—muy ruidoso—y está lleno de locales regateando desde yaca hasta peces vivos que saltan en cubetas. Los colores son una locura: chiles rojos apilados, pitahayas neón y montones de hierbas frescas. Probé un bocado picante (Nok lo llamó “moo manow”—cerdo con lima) y de inmediato necesité mi botella de agua. Esa energía no la encuentras en ningún otro lugar de Bangkok.
Después, nos dirigimos al Parque Benjakitti. El skyline aparece detrás del lago—torres de cristal reflejándose en el agua mientras corredores dan vueltas por un lado y ciclistas por el otro. El camino es suave y está bordeado de flores; vi una pareja tomando fotos de boda junto al estanque de lotos. Para entonces, mi camiseta ya estaba pegada a la espalda, pero no me importó—la ciudad se sentía distinta desde aquí.
Terminamos en un pequeño templo cercano donde Nok nos explicó lo básico de los rituales tailandeses—cómo se hace el wai para mostrar respeto y por qué hay tantas casas de espíritus fuera de las tiendas. Incluso nos enseñó a encender el incienso bien (siempre me pregunté si lo hacía mal). Volvimos a la oficina sudados pero sonriendo—y la verdad, vi rincones de Bangkok que nunca habría descubierto solo.
¡Claro! La ruta es mayormente plana y nuestra guía mantuvo un ritmo tranquilo. Cualquiera que se sienta cómodo en bici puede hacerlo.
Lo mejor es ropa ligera porque hace calor rápido. Zapatos cerrados ayudan también. Te damos agua, pero si eres sensible al sol, lleva protector solar.
Sí, están incluidos en la reserva—solo elige tu talla al llegar al punto de inicio.
La experiencia completa dura unas cuatro horas, incluyendo paradas para snacks y fotos.
Tu lugar incluye guía local amigable, uso de bicicleta y casco, agua embotellada para refrescarte y un snack delicioso durante el recorrido.
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