Conocerás Davos como un local—verás monumentos centenarios, descubrirás historias detrás de vitrales y recorrerás animadas calles comerciales con tu guía al frente.
El aire en Davos siempre se siente fresco, incluso en verano. Comenzamos nuestro paseo cerca del antiguo Rathaus—los locales lo llaman ayuntamiento, pero es mucho más que eso. El edificio data de 1564, y aún hoy se pueden ver parejas entrando para sus ceremonias de boda. Nuestra guía, Anna, señaló una pequeña placa junto a la puerta que yo jamás habría notado por mi cuenta.
Unos minutos después, nos acercamos a la Reformierte Kirche St. Johann. Desde fuera, se distinguen dos torres—una baja y robusta del siglo XIII, y otra que se eleva más de 70 metros. En el interior, la luz del sol ilumina la ventana de Giacometti justo por la mañana; los colores se derraman sobre los bancos. Anna explicó que este vitral es una joya escondida—la mayoría de la gente pasa sin darse cuenta de quién lo diseñó.
Después, nos dejamos llevar por la Davoser Promenade y la Bahnhofstrasse. No son solo calles comerciales—son el punto de encuentro tras el trabajo o el esquí. Encontrarás tiendas de chocolate suizo junto a elegantes tiendas de equipo outdoor y pequeñas boutiques con productos únicos. Tomé un café en el Café Weber (vale la pena probar el strudel de manzana) antes de comprar algunos recuerdos para llevar a casa.
¡Sí! La ruta es mayormente plana y tranquila—puedes hacer pausas cuando lo necesites.
Por supuesto. Hay varias opciones de transporte público cerca para un acceso fácil.
Definitivamente—hay tiempo previsto para recorrer tiendas o detenerse en un café a lo largo de la Promenade.
Tu propio guía oficial para los monumentos y calles comerciales de Davos; fácil acceso en transporte público; apto para todos los niveles de condición física.
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