Recorrerás los antiguos pasillos del Castillo de Chillon a tu ritmo, disfrutando de vistas al lago y de historias susurradas por piedras centenarias. Audioguías y folletos en tu idioma harán que la historia cobre vida. Momentos tranquilos junto a vitrales y un personal amable con consejos te esperan — hay algo especial en simplemente estar aquí.
Él hojeaba el folleto en alemán, pero yo no podía dejar de mirar el lago — ese azul te atrapa sin remedio. Acabábamos de cruzar el viejo puente levadizo hacia el Castillo de Chillon y, la verdad, era como dar un paso lateral en el tiempo. Se sentía una ligera humedad en el aire, y la piedra bajo mis pies estaba más fría de lo que esperaba. Un grupo de niños pasó corriendo, riendo en francés, sus voces rebotando en las paredes. Intenté seguir las señales curiosas del castillo (esas con cascos pequeños), pero me distraje con la vista desde una ventana — nieve en las montañas y el sol reflejándose en el agua. ¿Sabes cuando un lugar se siente a la vez lleno de vida y en silencio? Así era.
El guía no estaba — en su lugar cogimos uno de esos audioguías (en inglés para mí, en español para mi pareja). Es curioso cómo empiezas a armar historias en cada sala: duques conspirando en rincones oscuros, sirvientes subiendo las escaleras de caracol con ruido. Los vídeos táctiles de abajo me sorprendieron — no esperaba ver subtítulos en mandarín aquí, en Suiza. Cerca hay un café llamado Byron (lo recuerdo porque me manché de café justo antes de volver a entrar). El personal de la entrada fue muy paciente con mi francés; incluso me indicaron dónde dejar la mochila porque hay taquillas justo afuera.
Todavía pienso en ese momento en la capilla — la luz entrando por los vitrales, motas de polvo flotando como pequeños fantasmas. No tuvimos prisa; aquí nadie la tiene. Si buscas un momento espectacular y grandilocuente, quizá no sea para ti. Pero si quieres pasear por auténticos salones medievales y tocar muros de piedra fría que han visto pasar siglos… el Castillo de Chillon merece que te tomes tu tiempo.
Sí, hay opciones de transporte público cerca para acceder fácilmente desde Montreux.
Sí, puedes usar audioguías o explorar con folletos explicativos en varios idiomas.
No, no se permiten carritos dentro; puedes dejarlos sin supervisión en la zona de la cafetería.
El castillo no está adaptado para sillas de ruedas, pero en la cafetería hay terminales audiovisuales con vídeos para visitantes con movilidad reducida.
No, no se admiten mascotas dentro, pero hay espacios reservados para ellas en la entrada.
El castillo organiza exposiciones, shows y conciertos durante todo el año; consulta en el lugar o en línea los eventos vigentes durante tu visita.
El Café Byron está a solo 50 metros de la entrada y es perfecto para una pausa rápida.
Los folletos están en checo, holandés, inglés, francés, alemán, húngaro, italiano, japonés, coreano, mandarín, polaco, portugués, ruso y español.
Tu día incluye entrada flexible al Castillo de Chillon con acceso a todas las zonas principales de la fortaleza y un folleto explicativo en más de una docena de idiomas; también puedes usar audioguía si prefieres. El personal en la entrada te ayudará con consejos y hay taquillas y el Café Byron muy cerca para un café o snack durante tu visita.
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