Si buscas algo más que turismo en Berna, este Foxtrail es perfecto. Resolverás pistas ingeniosas mientras recorres rincones escondidos del casco antiguo—ideal para familias o amigos que disfrutan de un buen reto.
Nada más salir de la estación de tren, comenzamos—sin tiempo para mirar mapas ni darle muchas vueltas. El Foxtrail arranca rápido, con la primera pista escondida cerca de una panadería que olía a Züpfe recién horneado. Nuestro guía nos entregó un sobre delgado; dentro, un mensaje críptico y un pequeño boceto del mapa. La ciudad vibraba: tranvías pasando, locales charlando en suizo alemán y, en algún lugar cercano, campanas de iglesia resonando por las estrechas calles.
Los acertijos nos hicieron meternos en arcadas y mirar fuentes antiguas—una pista incluso nos llevó a un cartel electrónico que parpadeaba algo raro por un segundo (no pestañees o te lo pierdes). Nos quedamos atascados más de una vez, pero llamamos a la línea de ayuda—una persona real contestó al instante y nos guió sin revelar demasiado. Me encantó cómo el recorrido nos llevó por vistas de postal de los tejados de Berna y bajó por callejones empedrados donde podías oír tus propios pasos. El tramo final nos acercó al Politzentrum, con un maniquí en el escaparate señalando el camino (literalmente). No es fácil—los niños menores de 11 pueden tener dificultades—pero si te gusta el trabajo en equipo y no te importa perderte un poco, es una experiencia genial.
El recorrido es mejor para mayores de 11 años—puede ser complicado para los más pequeños.
Puedes llamar a la línea de ayuda gratuita en cualquier momento; te darán pistas sin arruinar la diversión.
La mayoría de grupos tardan entre 2 y 3 horas, pero depende de lo rápido que resuelvas cada pista.
¡Para nada! Los materiales también están disponibles en inglés.
Incluye tus entradas para la aventura Foxtrail y todos los documentos iniciales. Se admiten animales de servicio y el transporte público está cerca si lo necesitas.
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