Disfruta un día relajado desde Cape Town hasta Hermanus recorriendo una de las costas más bonitas de Sudáfrica con guía local, avistando ballenas francas australes desde acantilados o barco en temporada, probando vinos en Hemel-en-Aarde y saboreando productos frescos en Peregrine Farm Stall.
Lo primero que recuerdo es el azul: azul del mar, azul del cielo, hasta el azul desgastado de la vieja cafetería de los años 50 donde paramos a tomar un café justo a las afueras de Cape Town. El Pitstop parecía un decorado de película, todo brillo y detalles típicos sudafricanos. Nuestro guía, Sipho, nos saludó con una sonrisa y pidió “moerkoffie” para todos. Olía tan fuerte que parecía capaz de despertar a un rinoceronte (casi pido azúcar, pero al final no me atreví). Nos sentamos junto a la ventana y vimos cómo la niebla se deslizaba sobre los acantilados; alguien dijo que a veces desde ahí se pueden ver ballenas, si tienes suerte. Pero hoy no fue el caso. Solo el aire salado y la risa de alguien detrás del mostrador.
El camino por la costa hasta Hermanus fue una sucesión de curvas y vistas inesperadas: un momento estabas rodeado de matorrales fynbos, y al siguiente, frente al mar abierto con espuma blanca. Sipho no paraba de señalar detalles: pescadores lanzando sus cañas desde las rocas, dassies tomando el sol sobre las piedras. Cuando por fin llegamos a Hermanus, el ambiente era más tranquilo de lo que esperaba. Unos pocos locales apoyados en las barandillas sobre Walker Bay buscaban ballenas francas australes. Nos unimos a ellos, entrecerrando los ojos contra el reflejo del sol, hasta que alguien gritó y apareció: una curva lenta de una espalda oscura rompiendo la superficie, muy lejos en la bahía. No pensé que sentiría tanta emoción solo por ver una ballena desde tierra.
Después paseamos por el pueblo: tiendas llenas de arte con madera flotante, una galería con colores vivos, gente charlando en afrikáans e inglés. La comida fue donde quisimos; yo elegí algo sencillo con vistas al agua porque, sinceramente, no quería perderme nada de lo que pasaba allá afuera. Más tarde seguimos a Sipho por unos senderos en los acantilados que él llamaba “kloof tops”, donde según él se puede ver ballenas desde la costa como en ningún otro lugar. Nos contó historias de antiguos balleneros y señaló los bosques de algas que se mecían bajo nosotros.
De regreso a Cape Town paramos en Peregrine Farm Stall, en el valle de Elgin: una mezcla de cafetería y deli, con vigas de madera y olor a pan recién horneado. Compré una barra todavía caliente (me comí la mitad antes de subir al bus). Antes, en Hemel-en-Aarde Valley, habíamos probado vinos, sobre todo blancos frescos, y aunque intenté pronunciar “Hemel-en-Aarde” bien, Sipho se rió y negó con la cabeza. A veces todavía me acuerdo de ese pan.
Es una excursión de día completo con varias paradas, incluyendo el pueblo de Hermanus, cata de vinos en Hemel-en-Aarde y Peregrine Farm Stall.
No se garantiza avistamiento, pero es muy probable ver ballenas francas australes durante la temporada (junio a noviembre).
El almuerzo no está incluido, pero hay tiempo libre en Hermanus para comer; en Peregrine Farm Stall puedes comprar snacks.
El tour incluye recogida (confirma los puntos exactos al reservar).
Sí, incluye una cata urbana con vinos de Hemel-en-Aarde Valley.
Sí, los bebés son bienvenidos; deben ir en el regazo de un adulto o en cochecito.
Sí, los animales de servicio están permitidos en este tour.
El guía experimentado ofrece el tour en inglés.
Tu día incluye recogida en Cape Town, transporte guiado por rutas costeras con WiFi a bordo, tiempo libre para explorar Hermanus y sus senderos para avistar ballenas en temporada, cata de vinos urbanos con vinos de Hemel-en-Aarde Valley y una visita a Peregrine Farm Stall para probar productos locales o pan recién horneado antes de volver cómodamente.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?