Si buscas una aventura real en el océano sin necesidad de experiencia, este alquiler de jet ski por 30 minutos es tu pase. Sentirás la emoción, aprenderás rápido y contarás con apoyo del personal si lo necesitas—además, es fácil de encajar en cualquier día junto al mar.
La brisa salada me golpeó la cara antes de que siquiera encendiera el motor. El instructor—creo que se llamaba Sam—me explicó lo básico, asegurándose de que me sintiera cómodo con los controles. El ruido es mayor de lo que imaginas allá afuera, con gaviotas sobrevolando y el golpe de las olas contra el casco. Si es tu primera vez en jet ski, alguien irá contigo hasta que le agarres el truco. Vi a un par de niños pasar zumbando, sonriendo bajo sus cascos mientras su papá trataba de seguirles el ritmo.
El agua tiene ese olor intenso a mar—un poco salado, un poco fresco. Una vez que pasas las boyas, puedes darle gas de verdad. Hay un momento en que golpeas una ola pequeña justo en el punto y se te cae un poco el estómago—como una montaña rusa, pero más mojado. Nadie te apura; media hora se siente más larga de lo que parece cuando vas deslizándote sobre el agua azul. Si te preocupa la seguridad o nadar, son muy estrictos con los chalecos salvavidas y las reglas. Vi que le recordaron con cuidado a alguien que no se alejara demasiado—el personal vigila a todos.
¡Claro! Los que nunca han montado van acompañados por un asistente hasta que se sientan seguros solos.
Los niños menores de 16 años deben ir con un adulto o un miembro del personal durante el paseo.
Por seguridad, debes saber nadar, aunque se proporcionan chalecos salvavidas.
Esta actividad no se recomienda para personas con lesiones en la columna, problemas cardíacos o mujeres embarazadas.
Tu alquiler incluye el uso de un jet ski por 30 minutos y todo el equipo de seguridad necesario. El personal guiará a los principiantes y se asegurará de que todos se sientan seguros antes de salir al agua.
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