Si quieres conocer ambos lados de St Maarten con comodidad y mucho sabor local, esta excursión privada lo tiene todo: los famosos aterrizajes en Playa Maho, baños tranquilos en Mullet Bay, panaderías francesas en Marigot y paradas gastronómicas en Grand Case. Además es flexible: puedes quedarte más tiempo donde quieras o pedirle a tu guía que te muestre rincones secretos.
Lo primero que notas al subirte a la van es lo refrescante que se siente—el aire acondicionado es una bendición aquí. Nuestro guía, Alex, nos recibió con una sonrisa y una nevera llena de agua fría y cerveza local. Partimos desde Philipsburg, la capital holandesa. El malecón ya estaba animado y se olía el aroma de pasteles recién horneados que salía de una panadería cerca de Front Street. Me agarré un café para llevar; aquí es algo que simplemente se hace.
Playa Maho es una locura—los aviones rugen justo sobre tu cabeza, tan cerca que casi puedes leer los nombres de las aerolíneas en el fuselaje. Encontramos un lugar en el Sunset Bar (escucharás reggae y gente animándose cada vez que llega un jet). Es ruidoso, pero de la mejor manera. A nadie le importa que la arena se meta por todos lados; todos están mirando al cielo y riendo cuando sopla el viento.
Mullet Bay era más tranquilo. El agua tiene ese azul cristalino que ves en las postales, pero es real—pececitos se deslizan entre tus tobillos si te metes. Hay una choza que vende pollo a la parrilla que huele increíble, y honestamente, ojalá hubiera llevado más efectivo para los snacks. Los locales dicen que esta es su playa favorita para nadar o simplemente relajarse bajo las uvas de playa.
Al cruzar a Marigot, del lado francés, se siente como entrar a otro país—los letreros cambian al francés y de repente hay mercados al aire libre con especias y puestos de fruta fresca por todos lados. Paramos en la panadería Bread and Butter cerca de Oyster Pond; sus croissants son hojaldrados con el punto justo de crujiente arriba (terminé comprando dos). Luego fuimos a Grand Case—filas de bares de playa y pequeños restaurantes bordean la arena. Se escucha francés mezclado con inglés por todas partes, y el pescado a la parrilla en uno de los lolos (parrillas al aire libre) vale la pena la espera.
¡Sí! La van tiene espacio para cochecitos y a los niños les encanta ver los aviones en Playa Maho. Solo avísanos si necesitas algo especial.
Por supuesto, tú marcas el ritmo. Solo dile a tu guía qué te interesa más o si hay algún sitio donde quieras quedarte más tiempo.
Sí, ofrecemos agua embotellada, refrescos, cervezas locales e incluso un poco de rhum punch en la nevera a bordo.
La van es accesible para sillas de ruedas y hacemos todo lo posible para que todos viajen cómodos.
Tu tour privado incluye transporte cómodo con aire acondicionado y WiFi a bordo, agua embotellada, refrescos, cervezas, rhum punch y un guía local amable que te ayudará a planear el día perfecto con lo mejor de St Maarten.
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