Si quieres aprovechar al máximo ambos lados, el holandés y el francés, en una mañana—playas, historia, compras y esa emoción única de los aviones—este tour lo tiene todo sin prisas.
El sol ya calentaba Philipsburg cuando subimos al van—con bebidas frías esperándonos adentro. Nuestro guía, Michael, tenía esa manera sencilla y amena de contar historias que hizo que el viaje pasara volando. Primera parada: Orient Bay. Aunque era un día entre semana por la mañana, ya se veían locales montando sombrillas y se escuchaba el francés de los cafés detrás de la arena. El agua tenía ese azul cristalino que solo ves en postales, pero con la brisa salada y algunos pelícanos volando bajo buscando peces. Me quité las sandalias y dejé que mis pies se hundieran un rato—así debería sentirse siempre el verano.
Luego nos dirigimos a Marigot. Es la capital del lado francés, pero se siente más como un pueblo tranquilo que una ciudad. Siempre hay alguien vendiendo pasteles frescos cerca de la plaza del mercado—prueba la tarta de coco si la ves. Subimos hasta el Fort St. Louis (no es muy empinado, unos diez minutos) y Michael nos mostró dónde los cañones protegían la bahía hace siglos. La vista desde arriba es impresionante—se ven veleros meciéndose abajo y a veces llega el aroma del pollo a la parrilla de los vendedores ambulantes con la brisa.
La última gran parada fue Maho Beach. Seguro has visto esos videos de aviones volando justo encima—en persona es aún más increíble. Había gente con cámaras, niños gritando cada vez que un motor rugía justo sobre nuestras cabezas. Me dio arena un par de veces, pero ¿sabes qué? Valió la pena por esa adrenalina. Antes de regresar, paramos rápido en Cole Bay Hill—hay un mirador con una bandera gigante desde donde se ve toda Simpson Bay; el lugar perfecto para fotos en grupo o simplemente para tomar aire antes de volver al pueblo.
La experiencia completa dura unas 3 horas—ni muy largo ni muy corto. Tendrás tiempo para explorar y tomar algo en cada lugar.
¡Claro! Vimos familias con cochecitos y hasta algunos bebés durmiendo en sus carriolas durante las paradas.
Sí, es posible recogerte fuera de Philipsburg—solo menciona tu ubicación al reservar para coordinarlo.
Te recomiendo protector solar, zapatos cómodos para caminar (especialmente para Fort St. Louis) y quizá una toalla si quieres mojarte los pies en Orient Bay.
Tu transporte es privado y con aire acondicionado (créeme, lo agradecerás después de Maho Beach). El van tiene bebidas frías. Si necesitas silla para bebé, solo avísanos al reservar.
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