Recorre las partes holandesa y francesa de Sint Maarten con un guía local que conoce cada atajo y anécdota. Disfruta bebidas frías en miradores con brisa, pasea por mercados coloridos y relájate en playas de arena suave—todo con recogida, toallas y risas incluidas. Un plan tranquilo pero lleno de vida, donde hasta puedes aprender un poco de criollo sin querer.
Apenas aterrizamos en Philipsburg, nuestro guía Jean-Luc nos llamó hacia su van, donde ya nos esperaban bebidas bien frías. El aire olía a sal y protector solar. Sonrió y nos preguntó si queríamos empezar por la parte francesa o la holandesa de Sint Maarten. No sabía que había tanta diferencia hasta que vimos cómo cambiaban los letreros al cruzar. Es curioso cómo aquí puedes pasar de un país a otro en minutos, sin pasar por aduanas, solo un nuevo acento y de repente más baguettes en las panaderías.
La primera parada fue un mirador sobre Grand Case, con el viento jugando con mi camisa y gaviotas volando arriba. Jean-Luc nos contó historias de huracanes y cómo la isla siempre se recupera (lo llamó “la terquedad isleña”). Entramos a un mercado al aire libre donde me probé un sombrero que hizo reír tanto a mi esposa que casi se le cae el jugo de mango. Los vendedores bromeaban en criollo y francés; entendí la mitad, pero me sentí parte del ambiente. El tour privado nos permitió quedarnos el tiempo que quisimos, sin prisas, simplemente disfrutando.
Después nos tumbamos en la playa Mullet Bay con las toallas que nos dio Jean-Luc, suaves y nada ásperas como las de hotel. Cerca, niños hacían castillos de arena mientras alguien ponía reggae desde un teléfono escondido en un zapato (ese ritmo aún me acompaña). En Marigot intenté decir “merci” y seguro lo dije mal, pero la señora de los pasteles me sonrió y me dio una servilleta extra. Son esos pequeños detalles los que se quedan más que cualquier foto.
Sí, la recogida y el regreso están incluidos para tu comodidad.
Incluye bebidas frescas para mantenerte hidratado todo el día.
Sí, los bebés pueden ir en el regazo de un adulto o en asientos especiales para ellos.
El tour es accesible para personas en silla de ruedas que lo necesiten.
Sí, explorarás ambos lados durante el tour privado por la isla.
Incluimos toallas para que estés cómodo en las playas.
Sí, el vehículo cuenta con WiFi durante todo el recorrido.
La ruta es flexible según tus gustos, solo tienes que decírselo a tu guía.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en un vehículo cómodo con WiFi; bebidas frescas para refrescarte; toallas suaves para las playas; y tiempo de sobra para explorar los mercados locales y ambos lados de Sint Maarten a tu ritmo, regresando cuando quieras.
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