Al aterrizar en Seychelles, un conductor local te espera dentro de la sala de llegadas, feliz de verte. Súbete a un BMW híbrido con aire acondicionado o a una minivan de bajas emisiones para tu traslado privado —agua fría incluida— y deja que alguien más maneje la ruta mientras disfrutas del paisaje de palmeras. Es tranquilo, sencillo y sorprendentemente reconfortante tras un vuelo largo.
“Pareces cansado, no te preocupes, te llevamos antes de que empiece a llover,” sonrió el conductor mientras tomaba mi maleta en la sala de llegadas en Mahé. Apenas había pasado aduanas cuando me encontró, con un cartel, sonrisa fácil y nada insistente. El aire del aeropuerto tenía ese olor cálido y salado que siempre olvido hasta que vuelvo a una isla. Nos metimos en el BMW (me dijo que era híbrido, lo que me hizo sentir menos culpable por volar hasta aquí), y la verdad, sentarme en ese asiento fresco fue casi un pequeño milagro tras el vuelo.
El trayecto fue más suave de lo que esperaba: sin frenazos bruscos ni charla forzada, salvo si yo quería. Señaló un árbol de pan (“aquí le llamamos friyapen”), y luego pasamos junto a locales saludando en la carretera, niños corriendo descalzos. Hubo un momento en que las nubes se movieron y el sol parpadeó sobre el mar; todo afuera parecía demasiado brillante para mis ojos aún con jet lag. Me ofreció agua fría sin hacer ruido. Puede parecer una tontería, pero ese primer sorbo supo mejor que casi cualquier cosa que recuerde de los aeropuertos.
Le pregunté si no se aburría conduciendo siempre por la misma ruta. Se rió y dijo que cada pasajero es distinto, y que “a veces intentan practicar criollo conmigo.” (Yo ni lo intenté.) Todo el viaje duró unos 25 minutos hasta Beau Vallon, pero el tiempo se volvió extraño: escuchaba a medias sus explicaciones sobre horarios de ferry y a medias miraba las sombras de las palmeras moverse sobre el salpicadero. Al llegar al hotel, me ayudó con la maleta y me dio un último consejo sobre dónde comer pescado fresco a la parrilla cerca. Eso se me quedó más de lo que esperaba.
Sí, la recogida privada en la sala de llegadas o salón VIP está incluida.
Se utilizan coches BMW híbridos y minivans de bajas emisiones para los traslados.
Sí, el destino puede ser cualquier alojamiento, terminal de ferry, helipuerto o regreso al aeropuerto.
Se ofrecen asientos especiales para bebés o niños pequeños bajo petición.
Sí, tanto viajeros individuales como grupos pueden usar este transporte VIP en Seychelles.
El trayecto suele durar entre 25 y 30 minutos, según el destino.
Tu traslado incluye recogida privada dentro del aeropuerto o salón VIP de Seychelles, agua embotellada fría y vehículo con aire acondicionado: BMW híbrido o minivan ecológica, además de entrega flexible en hotel, terminal de ferry o helipuerto. Solo avisa al conductor si necesitas algo extra durante el camino.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?