Al bajar del avión en St Lucia, un conductor local te recibirá con bebidas frías listas para ti. Un traslado privado directo a tu resort o villa, con charlas sobre la vida isleña, paradas para fotos en miradores y hasta para comprar lo que necesites. Más que un traslado, es tu primera experiencia real en la isla.
Después de un largo vuelo, aterrizamos en St Lucia un poco aturdidos y pegajosos por el avión. Nuestro conductor, Marcus, nos esperaba justo afuera de llegadas con un cartel con mi nombre (siempre me da un poco de vergüenza eso). Nos saludó con una sonrisa y nos hizo señas como si fuéramos viejos amigos. La furgoneta estaba fresca por dentro, olía a un suave aroma de coco, y antes de que nos abrocháramos el cinturón ya nos había dado unas botellas frías de cerveza Piton. Recuerdo la sensación del frío en mi mano, un detalle pequeño pero que se agradecía después del aire del aeropuerto.
Al salir del aeropuerto Hewanorra, Marcus empezó a señalar cosas: árboles de plátano por todos lados, pequeños puestos en la carretera vendiendo mangos. Nos contó historias de su infancia aquí y nos recomendó las playas que realmente frecuentan los locales. En un momento bajó la velocidad para que pudiéramos sacar fotos desde un mirador; la vista era un mar de colinas verdes que caían hacia el agua azul. Mi pareja intentó sacarnos un selfie con los Pitons de fondo, pero solo salió la mitad de mi cara (aún me hace reír). También paramos en una tienda de comestibles — Marcus dijo que es común que los huéspedes de villas compren snacks o ron en el camino. No lo esperaba, pero facilitó mucho instalarnos.
El trayecto duró como una hora y algo más, pero perdí la cuenta porque no parábamos de charlar sobre comida (él jura que el green fig con saltfish es lo mejor), el clima e incluso los resultados de cricket. La furgoneta tenía WiFi, así que le mandé un mensaje a mi mamá para avisarle que habíamos llegado bien. Al regreso al aeropuerto, Marcus apareció puntual otra vez — la misma buena onda, las mismas bebidas frías listas. Fue raro despedirse; te acostumbras a ver caras conocidas aunque solo sea el conductor por una semana. Cada vez que escucho soca, me acuerdo de ese primer viaje.
Sí, el traslado es exclusivo para ti o tu grupo.
Sí, ofrecen agua y cerveza local gratis durante el viaje.
Sí, si te alojas en una villa o B&B, el conductor puede detenerse en una tienda cercana para que compres lo que necesites.
Tu conductor puede hacer paradas en miradores con vistas para que tomes fotos.
Sí, el vehículo cuenta con WiFi para que estés conectado.
El viaje suele durar entre 60 y 90 minutos, según el tráfico y la ubicación.
Se pueden solicitar asientos especiales para bebés.
Tu conductor te recibirá afuera de llegadas con un cartel con tu nombre.
Tu traslado ida y vuelta incluye transporte privado en un sedán o minivan con aire acondicionado y WiFi, agua y cerveza local gratis, y un conductor-guía profesional que compartirá historias durante el camino. Si vas a una villa o B&B, tendrás tiempo para parar en una tienda antes de llegar.
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