Recorre la costa este de Santa Lucía en jeep con un guía local, deslízate por 12 tirolesas sobre riachuelos cerca de Dennery, y camina hasta una cascada escondida para nadar. Luego relájate con snacks y ponche de ron en un mirador antes de volver—prepárate para risas, aromas isleños y muchas historias.
¿Conoces ese sonido cuando las ruedas crujen sobre la grava y te das cuenta que estás dejando la carretera principal atrás? Así empezó nuestro tour de zipline en Santa Lucía—ventanas abajo, el aire dulce y pegajoso de plantas que no sabía cómo llamar. Nuestro guía, Marcus, sonreía en el espejo retrovisor y señaló un árbol de pan (jamás lo habría reconocido). El camino a Dennery se sintió más largo que una hora, pero de buena manera—como si fuéramos descubriendo poco a poco los secretos de la isla. Entre las hojas de plátano, se colaban destellos del mar. Alguien atrás intentaba avistar loros; no tuvimos suerte, pero sí vimos a un niño saludando desde su porche.
La parte del zipline—para ser sincero, las palmas me sudaban antes de ponerme el arnés. Primero atraviesas un invernadero, todo tierra húmeda y hojas mojadas, y por un momento solo se oyen los pájaros. De repente estás en una plataforma de madera mirando abajo a los riachuelos. Doce tirolesas suenan a poco hasta que las haces todas (sobre todo esa en la que tienes que recostarte y confiar en el equipo). Marcus no paraba de bromear con el “tiempo isleño” cada vez que alguien dudaba. Mi amiga intentó decir gracias en criollo después de su recorrido—Marcus se rió tanto que casi se le cae el casco.
Después caminamos hasta la cascada de Dennery—una caminata corta pero suficiente para sentir las piernas después de tanto vuelo. El agua estaba tan fría que al saltar solté un grito, lo que hizo reír a todos. Había un aroma especial—piedra mojada y algo dulce que venía de los árboles. Nos quedamos un rato en silencio, dejando que el rocío nos refrescara. De regreso, paramos en un mirador en el acantilado para disfrutar snacks y ponche de ron (de verdad, fuerte y que se siente en las mejillas). La vista se extendía hasta el infinito; todavía recuerdo ese mosaico verde que se funde con el azul del mar.
Incluye un viaje de 55 minutos ida y vuelta más las actividades; prepárate para pasar la mayor parte del día explorando.
Sí, el traslado desde y hacia el hotel o puerto está incluido en la reserva.
Habrá refrescos ligeros, snacks en la parada del acantilado y bebidas como ponche de ron.
Los niños deben ir acompañados por un adulto; no se recomienda para menores de 6 años por seguridad.
Pantalones para mayor comodidad con el arnés, zapatos cerrados y seguros, sin joyas sueltas; lleva protector solar y algo de efectivo para propinas o souvenirs.
¡Sí! Puedes nadar o simplemente relajarte en la poza natural bajo la cascada durante la visita.
No se recomienda para personas con lesiones en la columna o problemas cardiovasculares; se requiere condición física moderada.
Sí, un conductor/guía acompaña todo el recorrido y comparte información sobre plantas y cultura local.
Tu día incluye traslado desde y hacia hotel o puerto con todas las entradas cubiertas; paseo guiado en jeep por la costa este de Santa Lucía; equipo completo para zipline (casco incluido); refrescos ligeros, snacks y ponche de ron frío en un mirador antes de regresar.
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