Montarás caballos dóciles por la costa salvaje del noreste de Santa Lucía con un guía local—sin multitudes, solo viento y olas. Pararás en playas vacías y, si el mar lo permite, podrás probar un baño a caballo. Incluye agua y fotos tomadas por el guía para que solo disfrutes el momento.
Apenas tuve tiempo de ajustar el casco cuando nuestro guía, Andre, ya nos estaba presentando a los caballos—el mío se llamaba Mango, y parecía tan tranquilo como yo nervioso. La costa noreste de Santa Lucía no es la típica postal: sin resorts, solo cielo abierto y esa brisa salada que se queda pegada a la piel. Andre sonrió y preguntó si habíamos montado antes (yo no desde los doce años), pero lo dijo como si fuera algo sin importancia. Partimos por un sendero estrecho bajo unos árboles dispersos, con el sonido amortiguado de los cascos sobre la arena suave. Se olía el alga marina antes de verla—una mezcla terrosa y punzante, que se fundía con el aire del océano.
Hubo un momento en que salimos a una playa desierta—no había nadie más, solo un par de pescadores a lo lejos. Los caballos parecían saber exactamente a dónde ir; yo solo trataba de no saltar demasiado. Andre señaló un montón de sargazo en la orilla y nos explicó cómo va y viene según la temporada. Nos dijo que si el mar estaba tranquilo, podríamos intentar entrar al agua montados, pero ese día había demasiado oleaje (la verdad, no sabía si alegrarme o decepcionarme). Aun así, ver a Mango rascar la espuma con las patas mientras pequeños cangrejos corrían de lado fue suficiente para mí.
Paramos a beber bajo una palmera torcida—Andre me pasó una botella y me mostró cómo aflojar las riendas para que Mango pudiera mordisquear un poco de hierba. Contó historias de su infancia cerca de ahí; dijo que nunca se cansa de esta vista, ni después de años guiando paseos privados a caballo en Santa Lucía. Intenté darle las gracias en Kweyol (seguro que lo dije mal porque Andre se rió), pero le gustó igual. De regreso por el sendero, solo se escuchaba el silencio, salvo por algún pájaro en la maleza y el constante ritmo de los cascos—todavía recuerdo esa calma cuando el ruido de la ciudad me agobia.
Sí, el tour está abierto para todos los niveles de experiencia.
No, el baño depende de las condiciones del mar y puede verse afectado por el sargazo o el oleaje.
Incluye guía local, agua embotellada, casco para seguridad y fotos tomadas por el guía.
No se especifica la duración exacta, pero tendrás tiempo suficiente para explorar dos playas y senderos con calma.
Sí, el límite es de 99 kg (220 lbs o 15 stones) por persona.
No se recomienda para embarazadas ni personas con lesiones en la columna o cirugías recientes.
El tour se realiza con lluvia o sol, salvo en casos de clima peligroso, en cuyo caso te contactarán para reprogramar.
Tu día incluye un guía local personal que te llevará por playas y senderos apartados, casco para tu seguridad, agua embotellada cuando quieras y todas las fotos que quieras para que solo te concentres en disfrutar con tu caballo.
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