Explorarás las auténticas leyendas de Drácula en la Fortaleza de Poienari, recorrerás la historia real en Curtea de Arges y observarás osos pardos salvajes cerca de la presa Vidraru, todo acompañado por un guía privado que conoce cada historia oculta en el camino.
Lo primero que noté al llegar a Curtea de Arges fue el tranquilo murmullo de la vida cotidiana: ancianos charlando junto a la panadería, un leve aroma a pan recién hecho flotando en el aire. Nuestro guía, Andrei, nos contó que esta ciudad fue en su día la capital de Rumanía. Paseamos entre las ruinas de la corte principesca y nos refugiamos en la Iglesia Real; sus frescas paredes de piedra eran un alivio frente al calor del verano. Pero lo que realmente destaca aquí es el Monasterio de Arges. No solo es hermoso, sino que cada piedra guarda una historia. Andrei nos relató la leyenda del Maestro Manole mientras admirábamos las tallas intrincadas y las tumbas reales en su interior. Casi podías sentir el peso de la historia en ese lugar.
Después, nos dirigimos a la Fortaleza de Poienari. Seré sincero: la subida no es cosa fácil. 1.480 escalones serpentean entre un bosque frondoso, y probablemente escucharás a los pájaros carpinteros picoteando mientras recuperas el aliento sobre una roca cubierta de musgo. Pero llegar arriba... vale cada paso. La vista se extiende sobre el valle y te golpea la realidad: estás donde Vlad el Empalador una vez estuvo. Nuestro guía compartió historias sobre túneles secretos y asedios que hicieron que todo cobrara vida.
Luego, condujimos por carreteras sinuosas hacia la presa Vidraru. Hay algo casi surrealista en ver osos pardos salvajes simplemente descansando al borde del camino, esperando que algún coche les deje restos (¡no los alimentes!). Observamos a una osa con dos cachorros moviéndose entre la hierba, lo suficientemente cerca para tomar fotos, pero lo bastante lejos para sentirnos seguros dentro del coche. La presa en sí es imponente, con el agua extendiéndose como un espejo bajo el cielo. Si prestas atención, quizás escuches risas lejanas de otros viajeros o incluso veas a un pescador lanzando su caña al atardecer.
¡Sí! El coche facilita el acceso a la mayoría de las paradas, pero subir a la Fortaleza de Poienari implica muchas escaleras; solo tómate tu tiempo o puedes saltarte esa parte si lo necesitas.
La mayoría de los días se pueden avistar cerca de la presa Vidraru; suelen ser visibles desde la carretera, especialmente al final de la tarde o al anochecer.
El recorrido completo suele tomar un día; calcula entre 8 y 10 horas según tu ritmo y el tiempo que quieras pasar en cada parada.
Dispondrás de un vehículo privado solo para tu grupo (coche turístico o minibús), un guía/conductor licenciado de habla inglesa que te acompañará todo el día, además de cubrir todos los gastos de combustible, aparcamiento y peajes. Somos flexibles si quieres ajustar el plan durante el trayecto.
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