Un conductor local te recibirá en el aeropuerto o en el lobby de tu hotel, te ayudará con el equipaje y te llevará en un coche privado limpio con WiFi y agua embotellada. Disfruta de una charla amena o silencio si prefieres, y flexibilidad para paradas en el camino, haciendo que tu llegada sea sencilla y memorable.
—«¡Señorita, por aquí!»— fue lo primero que escuché al entrar en la sala de llegadas del aeropuerto de Santo Domingo. No voy a mentir, esperaba un poco de caos, pero en cambio estaba Juan (mi conductor), sosteniendo un cartelito con mi nombre. Sonrió y saludó como si nos conociéramos de antes. El aire olía a café y a ese calor húmedo caribeño que se pega a la piel. Juan tomó mi maleta al instante — hasta bromeó sobre lo pesada que era («¿Trajiste todo Nueva York?»)— y, después de ese vuelo, solo me reí con él.
El coche estaba impecable — sin olores extraños a ambientador, solo asientos de cuero limpios y agua fría esperando en el portavasos. El WiFi funcionó desde el primer momento (le mandé un mensaje a mi mamá antes de salir del estacionamiento). Charlamos un poco sobre béisbol (aquí todos tienen opinión), y me señaló dónde van los locales a comer empanadas si tienes hambre tras un vuelo largo. No hubo prisa; incluso me preguntó si quería parar en algún sitio camino a mi hotel en la Zona Colonial. No esperaba tanta tranquilidad y profesionalismo — un transporte privado, pero nada rígido ni incómodo.
Noté cómo Juan se aseguraba de que todo estuviera bien sin ser insistente — «¿Todo bien? ¿Quieres que suba el aire acondicionado?»— y cuando nos topamos con tráfico cerca del Malecón, simplemente se encogió de hombros y puso un poco de bachata suave. Hay algo en ver pasar las palmeras borrosas mientras aún estás medio jetlaggeado que te hace sentir perdido y seguro a la vez. Al llegar a mi hotel, me entregó la maleta como si no pesara nada y me dio la bienvenida con una sonrisa sincera. Aún recuerdo lo fácil que hizo esa primera hora en Santo Domingo — puede parecer un detalle pequeño, pero marcó el tono de todo lo que vino después.
Sí, la recogida se ofrece en la sala de llegadas del aeropuerto o en el lobby de tu hotel.
Sí, hay WiFi disponible durante todo el traslado.
Se pueden solicitar asientos especiales para bebés.
Sí, solo avisa a tu conductor si necesitas hacer alguna parada.
Se incluye agua embotellada para cada pasajero.
Tu conductor te asistirá con todo el equipaje al subir y bajar.
Sí, los animales de servicio están permitidos en este traslado.
Tu experiencia incluye transporte privado entre el aeropuerto de Santo Domingo o tu hotel con un conductor local que ayuda con el equipaje, WiFi gratuito durante todo el trayecto, agua embotellada en el coche y todos los gastos de estacionamiento cubiertos para que no tengas que preocuparte por nada extra.
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