Recorre en buggy el campo de Punta Cana, prueba cacao y café fresco en una granja orgánica y refréscate en Playa Macao. Nada en una cueva de agua oculta y ríe con los locales en el camino. Es sucio, ruidoso, lleno de sorpresas—y seguro que te encantará cada momento.
Lo primero que recuerdo es la sonrisa de nuestro guía, Miguel, cuando me entregó las llaves del buggy. “No te preocupes si te embarras,” me dijo, y la verdad pensé que bromeaba. Pero al poco de saltar entre palmas y casitas pintadas de rosa y azul deslavado, el barro estaba por todos lados, hasta en mis dientes (mejor ni preguntar). El aire olía a tierra mojada y algo dulce—¿quizá caña de azúcar? Paramos en una pequeña granja orgánica donde Rosa nos mostró cómo tuestan el café. Me dejó probar a moler los granos a mano. Todavía me duelen los brazos de pensarlo. Probé un chocolate que se derretía en los dedos antes de llegar a la boca. Intenté decir “mamajuana” bien y Rosa se rió tanto que casi se le cae la taza.
El camino a Playa Macao fue ruidoso—motores rugiendo, todos hablando a la vez—pero de repente se hizo silencio al pisar la arena. El Atlántico estaba bravo ese día, gris azulado con olas espumosas golpeando la orilla. Unos niños locales jugaban fútbol descalzos cerca de los acantilados; uno nos saludó con las dos manos como si fuéramos famosos. No soy muy buen nadador, pero meterme en esas olas después de tanto polvo y calor fue un alivio. Hay algo en el aire salado que te hace olvidar el cansancio.
Después de enjuagar la mayor parte del barro (no todo), seguimos a Miguel hasta una cueva de agua escondida tras unas enredaderas—se sentía más fresco solo con entrar. El agua estaba sorprendentemente clara y fría; dudé un momento pero me lancé igual. Son solo unos veinte minutos, pero se quedan contigo mucho más tiempo. De vuelta al rancho, me di cuenta que mis zapatos jamás volverían a estar limpios—y de alguna forma, no me importó nada.
El tour incluye varias paradas y dura entre 3 y 4 horas, contando el tiempo de manejo y actividades.
Sí, puedes relajarte en la arena o meterte a nadar en las olas durante la parada en Playa Macao.
Degustarás productos dominicanos como café, chocolate, té verde, mamajuana y puros.
Sí, el transporte ida y vuelta desde tu punto de recogida está incluido en la reserva.
Los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito; consulta si es adecuado para tu familia.
No se recomienda para personas con lesiones en la columna, embarazadas o con problemas cardiovasculares.
La cueva natural tiene unos 7 metros de profundidad para quienes quieran nadar o lanzarse.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde tu hotel o punto de recogida, uso de buggy para recorrer el campo de Punta Cana, paradas en una granja orgánica con degustación de café, chocolate y más, tiempo para nadar o relajarte en Playa Macao rodeado de acantilados de piedra caliza, entrada a una cueva natural para nadar o fotos—y luego el regreso al punto de inicio.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?