Recorre senderos llenos de barro en buggy en Bavaro, prueba cacao fresco en un pueblo rural, salta a un cenote y vuela por tirolesas que terminan con un chapuzón. Con guías locales y almuerzo junto a una piscina natural, te irás sonriendo (y quizá un poco embarrado).
Confieso que no esperaba terminar con barro hasta en los dientes tan temprano. El paseo en buggy en Bavaro Adventure Park, Punta Cana, no es un paseo tranquilo: es un despertar en toda regla. Nuestro guía, Carlos, sonreía mientras nos entregaba los cascos y nos advertía sobre el “masaje dominicano” (así llamaba al camino lleno de baches por la antigua mina). El aire olía a tierra mojada y caña de azúcar, y cada vez que pasábamos por un charco sentía un poco de polvo en la boca. ¿La verdad? Fue divertidísimo, sobre todo cuando mi pareja intentó manejar y casi se lleva un arbusto.
Después paramos en un pequeño pueblo dominicano donde María nos mostró cómo se tuesta el cacao. Me dejó probar a moler unos granos, aunque más que moler, hice un desastre. También había café, bien fuerte para despertar a cualquiera que aún estuviera aturdido del buggy, y nos pasaron mamajuana (todavía no sé bien qué lleva). Me gustó que todos se rieran de mis intentos de hablar español; se sentía natural, nada forzado.
Luego llegó el cenote: lo llaman Blue Lagoon, pero para mí es más verde que azul. Igual, lanzarse al agua fresca después de sudar bajo el sol fue un alivio. Después vino la tirolesa: seis líneas entre palmeras y una caída salvaje directo al agua. El corazón me latía a mil, pero en la última línea simplemente me solté (literalmente) y caí riendo al agua. Hay algo en volar sobre las copas de los árboles que hace que olvides el móvil por un rato.
El almuerzo fue sencillo: arroz, pollo y plátanos fritos. Nada sofisticado, pero después de tanta actividad supo mejor que muchos platos en casa. Comimos cerca de la piscina de la cascada, con los pies aún húmedos, viendo a los niños competir a ver quién hacía el mejor clavado. Sigo recordando ese momento: el sol en la cara, la boca llena de plátano dulce, sin prisa por estar en otro lugar.
Las actividades principales duran unas dos horas, más tiempo para almorzar y relajarse en la piscina.
Sí, incluye traslado ida y vuelta en bus compartido desde tu hotel.
Debes tener al menos 18 años y contar con licencia de conducir válida.
Ropa ligera y cómoda, zapatos deportivos cerrados (obligatorio), traje de baño debajo, protector solar y un cambio extra de ropa.
Debes medir mínimo 1.30 metros y pesar menos de 130 kg.
Niños mayores de 1.30 metros pueden ir como pasajeros; bebés no pueden participar en buggy ni tirolesa por seguridad.
Sí, incluye un almuerzo típico dominicano (bebidas no incluidas).
No se permiten objetos personales por seguridad; hay lockers disponibles con costo adicional.
Tu día incluye transporte ida y vuelta en bus compartido desde hoteles en Punta Cana, todo el equipo y capacitación para buggy y tirolesa con guías bilingües que te acompañan en todo momento, entrada a Bavaro Adventure Park con acceso al cenote Blue Lagoon y la piscina con cascada, y un almuerzo tradicional dominicano antes de regresar con una sonrisa (y quizá aún mojado).
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