Conduce tu propio buggy por el campo de Punta Cana con un guía local, prueba chocolate y café frescos en una finca orgánica, nada en una cueva cenote y relájate en la playa Macao. Prepárate para zapatos embarrados, risas con locales y momentos que recordarás mucho después de quitarte el polvo.
Lo primero que recuerdo es el sonido — ese rugido entrecortado cuando nuestro buggy arrancó en el rancho a las afueras de Punta Cana. Olía a tierra mojada y gasolina, nada parecido a lo que esperaba para una excursión desde los resorts. Nuestro guía, Luis, tenía una forma de hablar tan natural que la charla de seguridad terminó siendo divertida (bromeó sobre su primo que intentó manejar con gafas de sol de noche — “Dominican Fast & Furious”, dijo). Salimos en fila, y el barro empezó a salpicarme los zapatos casi de inmediato. No me importó.
Conduciendo entre campos verdes enredados y pequeños puestos coloridos al borde del camino, paramos en una finca orgánica. El aire estaba cargado con el aroma del café tostado y algo dulce — tal vez chocolate o simplemente la humedad de la mañana. Una mujer llamada Rosa me dio un trozo de cacao para probar; era arenoso y amargo, pero de alguna forma delicioso. Se rió cuando intenté pronunciar mamajuana (“¿Ma-ma-HUANA?”) y nos sirvió a cada uno una tacita. Todavía recuerdo ese sabor — picante, herbal, nada parecido a lo que conozco.
De vuelta en los buggies, seguimos hasta que Luis nos hizo señas cerca de la entrada de una cueva. Se veía oscura y fresca por dentro, el agua resonaba contra las paredes de piedra. Algunos se lanzaron de inmediato (yo dudé — el agua fría no es lo mío), pero la verdad es que se sentía increíble después de tanto polvo. El silencio dentro de la cueva fue casi un choque tras el ruido del motor afuera. No nos quedamos mucho antes de partir; el tiempo vuela cuando te estás divirtiendo o tal vez cuando estás cubierto de barro.
La última parada fue la playa Macao — arena blanca tan brillante que me dolieron los ojos un instante, acantilados que se alzaban detrás. Niños jugando en las olas y alguien vendiendo rodajas de coco desde un carrito cercano. Luis nos dejó disfrutar un rato antes de regresar al rancho. Mis zapatos no se recuperaron del todo del barro, pero ahora los quiero un poco más.
El tour dura alrededor de medio día, incluyendo transporte y paradas.
Sí, el transporte ida y vuelta está incluido en la reserva.
Los bebés no pueden por seguridad; los niños mayores pueden unirse si cumplen con los requisitos físicos.
Sí, la playa Macao es una de las paradas principales durante la aventura.
Disfrutarás degustaciones de café, chocolate, mamajuana y puros en la finca orgánica.
Sí, nadar es opcional; algunos prefieren relajarse junto al agua.
Usa ropa que no te importe ensuciar y lleva traje de baño si quieres nadar en la cueva cenote.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde tu hotel hasta el rancho de buggies fuera de Punta Cana, entradas a lugares como la cueva cenote natural y la playa Macao, además de degustaciones de café dominicano, chocolate, licor mamajuana y puros en una finca orgánica antes de regresar cubierto de barro pero feliz.
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