Siente la brisa del mar mientras cabalgas por las playas de Puerto Plata al atardecer. Nada con tu caballo si las condiciones lo permiten, relájate en un bar local y vive la vibra auténtica dominicana. Ideal para principiantes y expertos.
Hay algo en el aire de Puerto Plata cuando el sol empieza a caer: cálido, salado y con un toque dulce. Subimos a un safari truck alrededor de las 3:45 pm, y el camino a la playa fue corto pero lleno de vida. Los locales saludaban al pasar por los barrios, y ya se olía el mar antes de verlo. Al llegar, un pequeño grupo de caballos esperaba, moviendo la cola, con las monturas listas. Nuestro guía, José, nos recibió con una gran sonrisa y se aseguró de que todos se sintieran cómodos, incluso quienes nunca habían montado antes.
Después de una breve introducción (y algunas risas nerviosas), arrancamos por un sendero de grava que atravesaba una jungla densa. El aire se sentía más fresco bajo los árboles y se escuchaban pájaros cantando arriba. De repente, el camino se abrió a una amplia playa de arena. El Atlántico estaba justo ahí, azul grisáceo e infinito. Nunca olvidaré cómo las pezuñas de los caballos dejaban huellas justo en la orilla. El sol estaba lo suficientemente bajo para proyectar sombras largas, y se veían niños locales jugando dominó cerca de la estatua del viejo Neptuno en el malecón. Parecía que el tiempo se detenía por un momento.
Hicimos una pausa para fotos con el mar de fondo —créeme, querrás tu cámara para esto—. Luego seguimos rumbo a la playa Bergantín para descansar. Allí hay un bar pequeño donde puedes tomar una soda fría o algo más fuerte si quieres (no incluido), y a veces hay vendedores locales con pulseras o conchas. Si el agua está tranquila, podrás nadar con tu caballo —el mío no dudó en meterse a chapotear—. Pero a veces las olas son fuertes, así que depende del día. La seguridad siempre es lo primero; José se encargó de eso.
El regreso se sintió distinto, más tranquilo, con el cielo pintándose de rosa y las primeras estrellas apareciendo. A las 7 pm ya estábamos de vuelta, llenos de arena y cansados, pero con una sonrisa de oreja a oreja. Si buscas una experiencia auténtica y un poco salvaje en Puerto Plata, este paseo a caballo al atardecer es justo lo que necesitas.
¡Sí! Los guías son pacientes y te ayudarán a sentirte seguro, incluso si nunca has montado. Te asignan un caballo acorde a tu nivel.
Si el mar está tranquilo y seguro, tendrás la oportunidad de nadar con tu caballo. A veces las olas o corrientes son fuertes y no es posible, pero tu guía te lo indicará.
Lleva traje de baño si quieres nadar con el caballo, además de una toalla, protector solar y quizás una cámara o móvil para fotos. Lo ideal es usar zapatos cerrados para montar.
Incluye agua embotellada y soda. Si quieres otras bebidas o souvenirs en el bar, esos son extras.
Tu tour incluye transporte desde hoteles en Cofresí, Costambar, Puerto Plata y Playa Dorada; agua embotellada; soda; además de todo el equipo para montar y un guía local amable que velará por tu seguridad y comodidad en todo momento.
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