Recorrerás Praga en Segway por parques llenos de árboles, disfrutarás vistas panorámicas del castillo que pocos turistas ven y acabarás probando cervezas artesanales en la cervecería del Monasterio Strahov. Risas con tu guía local, paseos por barrios exclusivos y tiempo para relajarte con tu grupo tomando algo — mucho más divertido que perfecto.
Lo primero que noté fue el aroma a tilo cuando salimos del minibús, algo que no esperaba antes de un tour en Segway por Praga. Nuestro guía, Pavel, repartió cascos y soltó un chiste sobre “los atascos checos” (refiriéndose a las ardillas). Nunca había montado un Segway, así que los primeros minutos fueron un poco tambaleantes, pero él fue muy paciente. Al principio se sentía raro deslizarse por los senderos del parque mientras la ciudad quedaba abajo — se escuchaban campanas lejanas y a veces un perro ladrando en alguna de esas casas lujosas. La “Beverly Hills” local está llena de villas modernas que parecen demasiado perfectas. Pavel señaló la Villa Müller y dijo que es un ejemplo clásico del funcionalismo — fingí entender de qué hablaba.
No entramos al Castillo de Praga (resulta que no permiten Segways dentro), pero paramos en un mirador con una vista panorámica impresionante de todo el complejo. Los tejados parecían caramelo quemado bajo el sol. Hubo un momento de silencio absoluto salvo por algunos pájaros — todavía recuerdo esa vista cada vez que escucho campanas de iglesia. Luego nos dirigimos al Monasterio Strahov, que data del siglo XII. Al acercarnos a la cervecería se percibía un leve olor a madera vieja y lúpulo — después de tanto rodar, una cerveza fría supo mejor que cualquier recuerdo.
Intenté pedir en checo (“pivo prosím”) y seguro lo dije fatal porque Li, del grupo, se rió tanto que casi se le cae la suya. La cervecería estaba animada pero sin aglomeraciones; principalmente locales charlando con sus vasos llenos de espuma. Tuvimos tiempo para sentarnos afuera y descansar las piernas mientras Pavel contaba historias sobre los monjes que hacían cerveza hace siglos — parece que todavía usan algunas recetas originales. En fin, si buscas una excursión en Praga que evite las multitudes y te regale vistas poco comunes (y cerveza artesanal), este tour en Segway vale mucho la pena. Eso sí, no esperes lucir genial los primeros cinco minutos montado en uno de esos aparatos.
No hay recogida en hotel, pero sí traslado desde el punto de encuentro hasta el lugar de inicio.
No, los Segways no están permitidos dentro del castillo; en su lugar verás varios miradores increíbles.
Sí, niños desde 7 años y con más de 35 kg pueden participar, con cascos incluidos.
El tour no incluye el tiempo de traslado ni la instrucción; calcula entre 20 y 30 minutos adicionales.
La degustación es opcional y por cuenta propia; agua, café y té ilimitados se ofrecen antes de salir.
Pasarás por villas modernas y residencias de lujo en uno de los barrios más exclusivos de Praga.
Sí, hay opciones de transporte público cerca tanto del inicio como del final del tour.
Tu día incluye agua, café o té ilimitados en la oficina antes de salir, traslado en minibús al punto de inicio, guía en vivo durante todo el recorrido, cascos de todas las tallas para tu seguridad y tiempo en la cervecería del Monasterio Strahov para probar cervezas artesanales antes de regresar en minibús.
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