Recorre con un guía local la Ciudad Nueva y Ciudad Vieja de Praga, probando nueve cervezas únicas en tres mini cervecerías. Disfruta de aperitivos tradicionales checos durante el camino y termina con consumiciones ilimitadas en la última parada. Risas, historias locales y sorpresas para tus sentidos que recordarás mucho tiempo.
Lo primero que recuerdo es el aroma — ese olor cálido y ligeramente dulce a malta que salía de una callejuela en la Ciudad Nueva de Praga. Nuestro guía, Pavel, nos hizo señas como si nos invitara a casa de un amigo de toda la vida. Conocía a todos detrás de la barra en la primera cervecería, y eso hizo que la experiencia se sintiera menos como un tour y más como si hubiéramos caído en la noche de viernes de alguien. Probamos una cerveza oscura, casi con sabor a chocolate; todavía no sé cómo se llamaba (mi pronunciación fue un desastre), pero se quedó en mi paladar más tiempo del que esperaba.
Entre paradas, Pavel nos llevó por callejones estrechos, señalando detalles curiosos — un león de piedra sobre una puerta, una panadería donde compra koláče para sus hijos. Empezó a llover suave cuando cruzamos a la Ciudad Vieja, así que nos refugiamos bajo un toldo y nos contó cómo la cerveza ha sido parte de Praga durante siglos. En la segunda cervecería, se escuchaba el tintinear de vasos y ese murmullo bajo que solo se oye cuando los locales están contentos. El camarero nos sirvió una lager clara, fresca y con un toque a hierba — la verdad, nunca pensé que notaría “hierba” en una cerveza hasta ese momento.
El último lugar era más ruidoso, casi bullicioso. Platos de queso frito y salchichas en escabeche llegaron a nuestra mesa antes de que nos sentáramos. Aquí las consumiciones eran ilimitadas — peligroso si pierdes la noción del tiempo o tu aguante (yo perdí ambos). Alguien intentó enseñarme a brindar en checo; Li se rió cuando intenté decirlo en mandarín — seguro que arruiné los dos idiomas. Al volver caminando bajo las luces de la ciudad después de todo eso, todo parecía más suave, más cálido. Y sigo pensando en ese primer aroma a malta cada vez que paso por una cervecería.
Visitarás tres mini cervecerías diferentes durante el tour.
Sí, se incluyen aperitivos tradicionales checos junto con las degustaciones de cerveza.
Sí, en la última parada del tour sirven cerveza checa tradicional sin límite.
El tour dura aproximadamente 3 horas de principio a fin.
No, no hay recogida en hotel; te encontrarás con tu guía acreditado en un punto céntrico.
La edad mínima requerida es de 18 años.
Los bebés pueden acompañar si van en brazos de un adulto o en cochecito; hay asientos especiales disponibles.
Sí, los lugares visitados pueden variar dependiendo del día del tour.
Tu noche incluye paseos guiados por la Ciudad Nueva y Ciudad Vieja de Praga con un guía local acreditado, degustación de al menos nueve cervezas especiales en tres mini cervecerías, aperitivos tradicionales checos durante el recorrido y cerveza ilimitada en la última parada antes de volver a las luces de la ciudad.
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