Camina por Praga con un guía local que revive historias de la Segunda Guerra Mundial: desde pisos secretos de la resistencia hasta sótanos medievales usados como refugios. Mira de cerca artefactos únicos y baja a la cripta bajo la Catedral de San Cirilo y San Metodio, donde resuenan los últimos momentos de la Operación Anthropoid. No es solo historia, al final se siente personal.
Lo primero que noté fue el silencio cerca de la Torre de la Pólvora, a pesar del ruido de los tranvías. Nuestro guía, Petr, nos llamó con una sonrisa; tenía esa forma de contar que parecía haber vivido cada historia en primera persona. Salimos por calles empedradas, pasando por la Casa Municipal, donde señaló marcas de balas que jamás habría visto. Nos contó cómo nació Checoslovaquia justo ahí—su voz bajó un poco al decirlo. Un aroma a castañas asadas llegó desde un carrito y por un momento casi me distraigo.
No esperaba entrar en un viejo apartamento, el “piso secreto” como lo llamó Petr, donde se escondían los miembros de la resistencia. El papel pintado se estaba despegando y olía a humedad, pero eso hacía que todo se sintiera más real. Vimos fotos de archivo del Reloj Astronómico tras el bombardeo; había estado en esa plaza antes, pero nunca imaginé que estuviera medio destruida. En la calle París, la gente pasaba rápido sin fijarse en los pequeños memoriales escondidos entre tiendas elegantes. Petr se detuvo frente a lo que fue la sede nazi y nos dejó en silencio un rato—sin palabras, solo la piedra fría.
Los sótanos bajo tierra estaban más fríos de lo que esperaba—piedra húmeda al tacto, ecos extraños mientras nos agachábamos bajo arcos bajos. Allí hay una colección privada de objetos de la Segunda Guerra: tarjetas de racionamiento, cascos, hasta una radio vieja y golpeada. Alguien preguntó si alguna vez encuentran algo nuevo en esos túneles; Petr sonrió y dijo que a veces, tras lluvias fuertes, aparecen monedas o botones. Era extraño pensar en la gente refugiada ahí durante los bombardeos mientras la vida seguía arriba.
Pero nada me impactó tanto como llegar a la Catedral de San Cirilo y San Metodio. La cripta es… un silencio que se te queda en la piel. Aún se ven agujeros de bala en las paredes, recuerdo de cuando los paracaidistas resistieron hasta el final tras la Operación Anthropoid. Petr se iluminó al explicar cómo aguantaron más de lo que nadie esperaba—creo que sentía orgullo, pero a la manera checa, discreta y profunda. Sigo pensando en ese silencio allá abajo; era pesado pero también tenía algo de esperanza, si se puede decir así.
El tour suele durar entre 3 y 4 horas, incluyendo todas las paradas.
Sí, la entrada a la cripta y al museo bajo la Catedral de San Cirilo y San Metodio está incluida.
Sí, el ticket de transporte público para moverte por Praga está incluido.
Sí, se pueden llevar bebés y niños pequeños en cochecitos durante el recorrido.
Sí, visitarás una colección privada de objetos de la Segunda Guerra en los sótanos.
Sí, los grupos son reducidos para una experiencia más cercana.
La ruta incluye el Barrio Judío como parte del recorrido a pie.
Sí, se permiten animales de servicio durante el tour.
Tu día incluye entrada a los sótanos medievales que fueron refugios antiaéreos en el Palacio U Kunstatu, acceso a una colección privada de objetos de la Segunda Guerra Mundial, entrada a la Catedral de San Cirilo y San Metodio y su museo en la cripta dedicado a la Operación Anthropoid, además del ticket de transporte público para moverte por Praga, todo guiado por alguien que conoce estas historias al detalle.
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