Si buscas una auténtica experiencia de la historia checa—con castillos que parecen sacados de un cuento y pueblos donde cada rincón guarda un secreto—esta excursión privada de un día es para ti. Viajarás cómodo, evitarás autobuses llenos y podrás descubrir tanto los majestuosos jardines de Hluboká como las calles serpenteantes de Český Krumlov a tu ritmo.
El aire de la mañana en Praga se sentía fresco mientras nos acomodábamos en el asiento trasero de un impecable Mercedes, con nuestro conductor ya esperando fuera del vestíbulo del hotel. Botellas de agua fría en los portavasos, y a través de las ventanas tintadas, pude ver cómo la ciudad despertaba mientras nos dirigíamos hacia el sur. Nuestra guía, Petra, nos contó leyendas locales; ha vivido aquí toda su vida y parecía conocer cada curva del camino de memoria.
Al llegar al Castillo de Hluboká justo después de las 10 de la mañana, la niebla aún se aferraba a los jardines. Las torres blancas del castillo parecían casi irreales contra el verde de su enorme parque al estilo inglés. Paseamos por amplios senderos de grava bordeados de castaños; se escuchaban los pájaros revoloteando arriba y se olía la tierra húmeda por la lluvia de la noche anterior. Petra nos explicó cómo el edificio cambió a lo largo de los siglos, desde sus raíces góticas hasta su grandiosidad barroca, mientras echábamos un vistazo a través de viejas rejas de hierro a jardines que parecían no tener fin.
Después de otra hora por carreteras serpenteantes (con una parada rápida para un café en una panadería a pie de carretera—prueba sus koláče si tienes oportunidad), llegamos a Český Krumlov. El casco antiguo es todo adoquines y callejuelas torcidas, enclavado en una curva del río Vltava. El castillo se alza por encima de todo, encaramado en un saliente rocoso. Subimos para disfrutar de vistas sobre los tejados rojos y vimos a los locales montar puestos de mercado abajo. En el interior, descubrirás detalles de distintas épocas—frescos renacentistas junto a adornos rococó—y si prestas atención, quizás escuches el tenue sonido de un órgano que se escapa desde la cercana iglesia de San Vito.
Sí, tanto el transporte como los principales lugares son accesibles para sillas de ruedas. Indícanos tus necesidades al reservar para que podamos facilitarte todo.
Tendrás tiempo de sobra—alrededor de 1 a 1,5 horas en el Castillo de Hluboká y unas 4 horas para explorar Český Krumlov con tu guía o por tu cuenta.
¡Por supuesto! Los bebés pueden ir en el regazo de un adulto o en cochecito. Solo menciona esto al reservar para que lo preparemos todo.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Praga, agua embotellada para el trayecto, traslado privado de ida y vuelta en un Mercedes con aire acondicionado, además de un guía profesional si eliges esa opción. Todos los traslados son privados—sin compartir con desconocidos—y está todo organizado para que solo te relajes y disfrutes del Sur de Bohemia sin complicaciones.
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