Si quieres descubrir un lado de Qatar que pocos ven—historia auténtica, ruinas silenciosas y arte contemporáneo—este tour es para ti. Escucharás relatos locales, tendrás tiempo para explorar y verás cómo lo antiguo y lo moderno se encuentran al borde del desierto.
Lo primero que noté al conducir hacia el norte fue cómo el ruido de la ciudad se desvanecía, dejando solo el murmullo del coche y un horizonte que parecía no tener fin. Nuestro guía, Khaled, señaló el cambio sutil en el paisaje: la arena se volvía más clara y el viento traía un poco más de polvo. Paramos en la fortaleza de Al Zubara, cuyas gruesas murallas parecían brillar bajo el sol del mediodía. Dentro, el aire era más fresco y se percibía un leve aroma a piedra antigua y polvo. Khaled nos contó historias de los buzos de perlas y comerciantes que pasaron por aquí. Desde las torres de la fortaleza, tuvimos una vista amplia de lo que fue un puerto bullicioso; ahora solo queda silencio y gaviotas.
La siguiente parada fue el pueblo de Jumail. Un lugar tranquilo, casi fantasmal, con casas en ruinas y patios vacíos. Aún se pueden ver redes de pesca viejas enredadas cerca de las puertas. Caminé junto a una mezquita abandonada donde solo se escuchaba el viento moviendo las contraventanas sueltas. Nuestro guía explicó cómo las familias se fueron cuando el petróleo cambió todo en esta zona. Hay algo muy sincero en ver estos lugares de cerca; te hace pensar en lo rápido que puede cambiar la vida.
La última parada nos llevó hasta el extremo noreste de Qatar. La brisa marina aquí es más fuerte, con ese sabor salado que se queda en los labios. Encontramos la nueva instalación artística de Olafur Eliasson, un estallido de color y formas en medio de tanta arena beige. Es extraño y hermoso a la vez, especialmente con el desierto detrás y el Golfo frente a ti.
¡Sí, es ideal para familias! El vehículo tiene aire acondicionado y hay opciones para cochecitos o asientos para bebés si los necesitas.
La experiencia completa dura unas cuatro horas, incluyendo los traslados entre paradas.
Se ofrece agua embotellada, café o té durante el recorrido, con tiempo para relajarte entre sitios.
Por supuesto, el transporte y los principales lugares son accesibles para sillas de ruedas.
Tu transporte es privado y con aire acondicionado (créeme, agradecerás esa brisa). Hay WiFi a bordo para que compartas fotos al instante. También incluye agua embotellada y café o té—pequeños detalles que hacen la exploración más cómoda.
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