Te sentirás bienvenido en la cultura puertorriqueña mientras aprendes salsa básica con un bailarín cubano-italiano en el Viejo San Juan. Risas por los errores, pasos fáciles (aunque creas que no sabes bailar) y consejos locales para comer y salir después. Puede que termines sudando, pero con una sonrisa y tarareando el ritmo.
¿Alguna vez has intentado seguir el ritmo de la salsa y tus pies simplemente no responden? Así estaba yo, parado en una esquina con brisa del Viejo San Juan, con los zapatos pegados al suelo cálido, preguntándome si lograría dar más de dos pasos. Nuestro profesor — cubano-italiano, lo que ya prometía fiesta — nos recibió con una sonrisa enorme y una música que me relajó los hombros antes de empezar. Había agua embotellada esperándonos (menos mal, porque hace humedad), y la verdad, todos estábamos un poco nerviosos al principio.
Empezamos despacio, solo giros básicos a la izquierda y a la derecha — nada complicado todavía. Él repetía “aquí nadie tiene dos pies izquierdos”, y nos sacaba una sonrisa. A veces me confundía con el cruce o olvidaba hacia dónde girar, pero él lo corregía al instante sin hacerlo incómodo. Podía oler el protector de coco de alguien mezclado con el aire salado del puerto cercano. El sonido no era fuerte — justo lo necesario para sentir el ritmo en la piel. Y hubo un momento en que por fin clavé el cruce con giro y nuestro profe me aplaudió. Me sentí tonto pero feliz.
No esperaba aprender un poco de chachachá también, pero sí — pasos rápidos que hicieron que mis zapatillas chirriaran en las baldosas. Al final, nos dio consejos de dónde van los locales a bailar (no solo los lugares turísticos) y hasta anotó unos restaurantes en mi teléfono. Li se rió cuando intenté pronunciar uno en español — seguro lo arruiné, pero dijo que sonaba “lindo.” Así que sí, ahora cada vez que escucho salsa en casa, recuerdo ese calor pegajoso y que nadie se preocupaba si te equivocabas, mientras siguieras bailando.
Sí, la lección cubre pasos básicos y es para todos los niveles.
La clase es en el Viejo San Juan, Puerto Rico.
La sesión dura aproximadamente 1 hora.
Se ofrece agua embotellada durante la clase.
Sí, es accesible para sillas de ruedas.
También practicarás pasos básicos de chachachá durante la sesión.
Sí, el instructor comparte consejos sobre dónde comer y bailar como local.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del lugar.
Tu clase de una hora incluye agua embotellada para mantenerte fresco mientras aprendes lo básico de salsa y chachachá con tu guía cubano-italiano; después de bailar, recibirás recomendaciones personales de restaurantes y lugares para practicar antes de salir a las vibrantes calles de San Juan.
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