Cambia el ruido de la ciudad por senderos llenos de barro y naturaleza en Hacienda Campo Rico con tu propio ATV. Conoce guías locales, haz paradas para escuchar historias en una vieja plantación, observa animales y caballos en el camino, y refresca con una piña colada virgen antes de volver a San Juan. Esa primera ráfaga de viento en la cara te quedará grabada.
Lo primero que me llamó la atención fue el olor del barro — no era sucio, sino dulce y fresco, como si la lluvia hubiera pasado hace poco. Apenas nos pusimos los cascos en Hacienda Campo Rico, nuestro guía José sonrió y señaló un par de iguanas tomando el sol junto a la cerca. Nos hizo reír de inmediato — dijo que “ellos son los verdaderos jefes aquí”. Estaba un poco nervioso por manejar mi propio ATV (nunca lo había hecho), pero después de la charla rápida de seguridad y unos giros torpes en el terreno de grava, la verdad es que se sentía liberador. El rugido del motor tapaba todo excepto la voz de José que sonaba por el walkie-talkie en su chaleco.
Los senderos atravesaban hierbas altas y pequeños rincones de sombra bajo los mangle. A veces se olía la sal del lago o se escuchaban pájaros peleando entre ellos arriba. Es difícil explicar lo rápido que se olvida el tráfico de San Juan cuando esquivas charcos y sigues a un grupo de desconocidos que se vuelven amigos sobre cuatro ruedas. Paramos en Mi Casa — una antigua casa de plantación de caña con paredes amarillas desgastadas y tablas que crujían. José nos contó historias de cómo funcionaba el rancho, moviendo las manos casi tanto como la boca (intenté recordar un dato después y lo olvidé por completo). Hubo tiempo para fotos, pero yo me quedé parado imaginando cómo sonarían esos días.
Después de más saltos por los campos (mis brazos ya estaban trabajando), llegamos a los establos. Los caballos Paso Fino nos miraban con cara de “¿quiénes son ustedes?” — uno hasta resopló cuando me acerqué demasiado. Para entonces estaba polvoriento y cansado, pero de esa manera buena, así que llegar al Mojito Bar fue como encontrar un oasis. Me dieron una piña colada virgen helada — cremosa, con sabor a piña y nada empalagosa — ¿dicen que fue inventada aquí en Puerto Rico? Me senté afuera un rato con la bebida fría en la mano y las piernas aún vibrando por todo el paseo. Es curioso cómo extrañas el sonido de esos motores justo cuando se apagan.
No, no se requiere experiencia previa; los guías te dan una charla de seguridad y te enseñan antes de empezar.
Sí, incluye recogida y regreso desde los principales hoteles del área metropolitana de San Juan (Isla Verde, Condado, Miramar y Viejo San Juan).
Necesitarás licencia de conducir válida (no aceptan permisos ni pasaportes), zapatos cerrados, ropa cómoda (se recomiendan pantalones largos), gafas de sol, protector solar y tarjeta de crédito a nombre del conductor.
El recorrido abarca colinas, lagunas, bosques y paradas en Hacienda Campo Rico; calcula varias horas incluyendo descansos.
No incluye almuerzo, pero al final recibirás una piña colada virgen gratis en el Mojito Bar.
No, esta reserva es solo para un conductor por ATV; cada persona debe manejar su propio vehículo.
No se recomienda para personas con lesiones en la columna, problemas cardíacos, embarazadas o con movilidad limitada.
Podrás ver iguanas y aves en los senderos; además, caballos en la parada de los establos.
Tu día incluye recogida y regreso en hoteles céntricos de San Juan, uso de un ATV 4x4 individual con todos los impuestos incluidos, acompañamiento de guías locales que te llevan por bosques y campos de Hacienda Campo Rico, y una piña colada virgen bien fría en el Mojito Bar antes de volver a la ciudad.
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