Camina por la selva de El Yunque hasta los toboganes naturales de Las Pailas, nada en sus piscinas cristalinas, luego relájate en la playa de Luquillo y prueba platos típicos en los kioscos locales. Con un guía amigable y recogida en hotel incluida, prepárate para risas, nuevos sabores y recuerdos que te acompañarán mucho tiempo.
Ya estábamos a mitad del sendero embarrado cuando nuestro guía, Carlos, se detuvo para señalar un pequeño coquí cantando entre los helechos. Podía escuchar el agua corriendo más fuerte de lo que esperaba, y el aire olía a hojas mojadas y a algo dulce que no lograba identificar. Al llegar a Las Pailas, los locales ya se deslizaban por la roca lisa hacia una piscina tan cristalina que se veían todas las piedritas. Dudé un momento (se veía más rápido que en YouTube), pero Carlos sonrió y dijo: “Te vas a arrepentir si no lo haces.” Tenía razón. El frío me golpeó de golpe, pero luego fue justo lo que necesitaba después de sudar tanto.
Después de secarnos —o intentarlo, porque mis shorts quedaron húmedos por horas— nos dirigimos a la playa de Luquillo. La carretera serpenteaba entre pequeños pueblos donde la gente saludaba desde los porches y la música se escapaba por las ventanas abiertas. Almorzamos en esas largas filas de kioscos junto a la arena; la verdad, perdí la cuenta de cuántos había. Probamos mofongo y alcapurrias (todavía me cuesta decirlo bien), y Li se rió cuando intenté pedir en español. La brisa salada se mezclaba con el aroma a plátano frito, algo raro pero que me abrió el apetito otra vez.
No esperaba que la playa Seven Seas estuviera tan tranquila —solo unas pocas familias bajo las palmeras, niños persiguiéndose cerca del agua. La arena era tan suave que mis pies se hundían con cada paso. Tuvimos tiempo para flotar un rato antes de regresar, quemados por el sol y cansados de esa manera buena que queda después de nadar todo el día. Hay algo especial en ver Puerto Rico así —sin prisas, sin poses— solo momentos auténticos con gente que conoce estos lugares de memoria.
El tour suele durar casi todo el día, incluyendo el traslado desde San Juan a El Yunque y las paradas en la playa de Luquillo y los kioscos.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos en la reserva.
No se incluyen comidas, pero tendrás tiempo para comprar almuerzo en los kioscos de Luquillo.
Se requiere un nivel moderado de condición física por el terreno irregular del sendero.
Este tour no se recomienda para embarazadas ni personas con lesiones en la columna.
El agua embotellada está incluida en el paquete del tour.
Lleva traje de baño, toalla, protector solar y calzado adecuado para rocas resbaladizas.
Se requiere un mínimo de dos personas por reserva para esta experiencia privada.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel (o al puerto si es necesario), guía local experto durante todo el recorrido por El Yunque y la playa de Luquillo, agua embotellada para el viaje, todas las entradas y tasas pagadas por adelantado, además de tiempo suficiente para probar especialidades puertorriqueñas en más de 60 kioscos frente al mar antes de regresar en tu vehículo privado.
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