Camina por senderos embarrados en El Yunque con un guía local desde San Juan, nada en piscinas claras bajo cascadas, prueba guayaba silvestre si tienes suerte y escucha historias de árboles más viejos que ciudades. Prepárate para risas, zapatos mojados y momentos donde el tiempo se detiene.
Ya íbamos camino fuera de San Juan cuando apenas estaba despertando del todo — la van olía un poco a bloqueador y café, y Luis, nuestro guía, ponía salsa tan bajito que parecía lluvia de fondo. Recuerdo su sonrisa al repartir los chalecos salvavidas: “Por si se animan.” El viaje hasta El Yunque duró como una hora, ¿quizás? Difícil decirlo, estaba más pendiente de cómo el verde se hacía cada vez más denso. Se sentía el aire distinto al acercarnos, más pesado, como si respirar fuera entre hojas.
Los primeros treinta minutos caminando fueron... digamos que mis zapatos aún me reclaman por tanto barro. Luis señalaba cosas que yo ni notaba — guayabas (nos abrió una para probar), bambú que crujía con el viento, y esos sapitos coquí que suenan casi como un pitido electrónico. En un momento me resbalé y me reí tanto que casi suelto la botella de agua. El camino no era fácil pero tampoco había prisa; parábamos cada vez que alguien quería tocar el musgo o preguntar por alguna flor rara. Había un árbol viejo — Luis dijo que era más antiguo que cualquier ciudad de Puerto Rico. Me hizo sentir pequeño, pero en buena manera.
Cuando llegamos a la primera piscina, la mayoría nos sentamos un rato a escuchar el agua golpear las piedras y recuperar el aliento. El agua estaba fría y daba un poco de choque al principio, pero luego te olvidas de todo. Algunos se lanzaron a nadar; yo solo metí los pies y miraba cómo el sol bailaba entre las hojas. Después de otra subida corta (más rocosa esta vez), apareció una cascada más arriba — más fuerte, más salvaje. Alguien quiso tomarse una selfie y casi se le cae el celular al agua, lo que nos hizo reír a todos. Lo que se queda en la memoria es curioso — el olor a tierra mojada o el silencio cuando nadie habla.
Unos 60 minutos en vehículo con aire acondicionado desde San Juan hasta El Yunque.
Sí, recogemos directamente en tu puerta si estás en San Juan, Carolina, Río Grande o Luquillo.
La primera caminata dura unos 30 minutos y puede estar embarrada; los sábados la ruta es más empinada y requiere mejor condición física.
Sí, hay piscinas naturales donde puedes nadar; se proporcionan chalecos salvavidas certificados por la Guardia Costera.
Usa zapatos resistentes que puedan ensuciarse y lleva agua; los guías dan chalecos para las zonas de baño.
No, no aceptamos bebés menores de 2 años en este tour.
No, no se incluye comida; lleva snacks si quieres, ya que no se ofrece durante la caminata.
Sí, los animales de servicio están permitidos.
Tu día incluye recogida puerta a puerta en San Juan y zonas cercanas, entrada al Bosque Nacional El Yunque, guía local experto que comparte historias y frutas en el camino, chalecos salvavidas certificados para nadar, y transporte con aire acondicionado ida y vuelta.
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