Recorrerás las calles serpenteantes de Sintra, probarás vinos locales recuperados por familias apasionadas y estarás en Cabo da Roca con el viento atlántico en el pelo. Con un guía local que se encarga de todo — desde recogerte en el hotel hasta contarte la historia detrás de cada copa — vivirás la costa y el campo portugués de una forma inolvidable.
Confieso que reservé este tour privado de vinos en Sintra principalmente por curiosidad sobre los tintos portugueses, pero el día resultó ser mucho más que solo probar copas. Nuestro guía João nos recogió directamente en el hotel en Lisboa (tenía esa calma de quien ha visto de todo). El viaje se nos hizo corto; de repente estábamos recorriendo las calles antiguas de Sintra, con sus piedras cubiertas de musgo y casas de colores pastel. Cerca de la plaza principal se olía un pan recién horneado que no pude dejar de imaginar mientras paseábamos junto al Palacio Nacional y esas fuentes que parecen brotar de la nada.
La primera bodega nos sorprendió. La lleva una familia que recuperó sus viñedos después de un siglo — João nos contó cómo trabajaron con expertos franceses para restaurar la tierra. La sala de catas era fresca y olía a barricas de roble; intenté girar la copa como si supiera (spoiler: no salió bien). El blanco estaba crujiente, casi salado, ¿sería el aire atlántico colándose por las ventanas? Charlamos un rato con una de las dueñas — se rió cuando intenté pronunciar “Ramisco”. Todavía no lo consigo.
Colares es un lugar salvaje — arena por todas partes, vides bajas para protegerse del viento. La bodega cooperativa parece sacada de otro siglo, con grandes toneles de madera y ecos por doquier. João nos explicó cómo esos vinos envejecen eternamente en esas barricas; casi podías saborear la historia (o tal vez solo estaba siendo dramático). Luego seguimos la costa hasta Azenhas do Mar — ese pueblo aferrado a los acantilados sobre olas espumosas — y después Praia da Maçãs, donde los niños corrían descalzos sobre la arena fría. La siguiente parada fue Cabo da Roca: en el borde de Europa, con un viento tan fuerte que o te ríes o pierdes el sombrero. Terminamos en Cascais, donde los viejos pescadores aún remiendan redes a mano cerca de boutiques elegantes. Es curioso cómo un lugar puede sentirse a la vez grandioso y cotidiano.
Sí, la recogida y regreso al hotel en Lisboa están incluidos.
Sí, incluye catas en bodegas tradicionales de Sintra y Colares.
Sí, los vehículos y todos los lugares visitados son accesibles para silla de ruedas.
El trayecto suele durar entre 30 y 40 minutos desde Lisboa.
Sí, los niños pueden participar si van acompañados por dos adultos que paguen; la edad mínima para beber es 18 años.
Visita Azenhas do Mar, la playa de Praia da Maçãs, Cabo da Roca y Cascais.
No, solo se incluyen las catas de vino, no el almuerzo.
Sí, el conductor/guía habla inglés y ofrece información local durante todo el día.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Lisboa, un conductor-guía privado que comparte historias en el camino, visitas guiadas a bodegas históricas con catas de vinos tintos y blancos (incluyendo Colares), además de paradas en pueblos costeros como Azenhas do Mar y Cascais antes de regresar por la tarde.
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