Recorrerás las calles serpenteantes de Sintra con un guía local, explorarás los túneles misteriosos del Palacio da Regaleira (entrada incluida), degustarás vinos regionales en una bodega tranquila y estarás en el límite occidental de Europa con el viento salado en la cara — momentos que recordarás mucho después de dejar Portugal.
No esperaba que el aire en Sintra oliera tan verde — como musgo después de la lluvia, aunque apenas eran las 10 de la mañana cuando llegamos desde Lisboa. Nuestra guía, Joana, nos señaló las casas de colores pastel escondidas en las colinas y nos contó que Lord Byron llamó a este lugar “un Edén glorioso”. Lo había leído antes, pero se siente distinto cuando realmente caminas por esas calles estrechas y escuchas las campanas de la iglesia resonar en la piedra. Paramos a tomar un café en una plaza pequeña donde un señor mayor nos saludó con un gesto y murmuró algo sobre el clima (creo — mi portugués es pésimo). El pastel estaba tibio y crujiente; todavía recuerdo esa primera mordida.
Luego visitamos la Quinta da Regaleira. Había visto fotos del palacio, pero nada te prepara para estar bajo esas torres retorcidas con gárgolas que te miran fijamente. Joana nos entregó las entradas y solo dijo: “Tómense su tiempo — hay secretos por todos lados.” No bromeaba. Nos perdimos en túneles bajo los jardines (me di un golpe en un arco bajo; mi pareja se rió tanto que casi se le cae el móvil). Hay algo extraño en cómo la luz se filtra entre los árboles — casi plateada, como irreal. La palabra clave aquí es “tour Sintra”, pero la verdad se sentía más como pasear por el sueño de alguien que otra cosa.
Después de tanto subir necesitábamos un descanso, así que Joana nos llevó en coche más allá de los viñedos para una cata privada de vinos. El enólogo nos sirvió tres copas — blanco, tinto y luego un dulce que no logro pronunciar (Joana intentó enseñarme; fracasé). La bodega olía a tierra y madera vieja. Aprendimos sobre las uvas de la región mientras picoteábamos queso y pan. No fue nada pretencioso ni montado — solo buena charla y risas rebotando en las paredes de piedra.
El Castillo de los Moros está en lo alto, dominando todo; desde allí se ve toda Sintra si entrecierras los ojos y dejas que el viento te despeine. Mi pelo estaba por todos lados, pero no me importó. Más tarde estuvimos en el Cabo da Roca viendo las olas romper contra los acantilados, en lo que Joana llamó “el fin de Europa.” Es dramático pero también tranquilo — gaviotas volando, sal en los labios. De regreso pasamos por la playa de Guincho donde había surfistas y paramos un momento en Cascais para tomar un helado (Joana jura que el de pistacho es el mejor). No sé si fue el aire del mar o todas las historias que nos contó, pero me sentí más ligero volviendo a casa.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos en Lisboa.
No, la entrada al Palacio da Regaleira está incluida en el precio del tour.
Sí, disfrutarás de una cata privada de vinos regionales como parte del tour.
El tour es accesible para sillas de ruedas y apto para cochecitos; los vehículos están adaptados.
También visitarás el Cabo da Roca, las dunas de la playa de Guincho, el Castillo de los Moros y Cascais.
No se incluye almuerzo completo; sin embargo, la cata de vinos incluye snacks como queso y pan.
El trayecto en minivan de Lisboa a Sintra suele durar entre 30 y 40 minutos.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Lisboa, transporte privado en minivan con aire acondicionado y guía local, agua embotellada durante todo el recorrido, entradas al Palacio da Regaleira, una cata regional de vinos con snacks, además de tiempo para explorar castillos, playas, jardines y pueblos históricos antes de volver cómodamente al atardecer.
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