Recorrerás las calles medievales de Sintra con un guía local, probarás los frescos travesseiros, explorarás el Palacio de Pena con entrada reservada (si eliges esa opción) y sentirás el viento atlántico en el Cabo da Roca antes de relajarte en la soleada Cascais. Momentos pequeños — risas, aire marino, dedos azucarados — que se quedan contigo mucho después de volver a Lisboa.
No esperaba que Sintra oliera a piedra mojada y jazmín después de la lluvia. Apenas habíamos salido de Lisboa cuando nuestro guía, Rui, empezó a contar historias — no las aburridas, sino anécdotas sobre la pastelería favorita de su abuela y cómo la niebla aquí siempre juega con el castillo en la colina. La furgoneta estaba en silencio, salvo ese murmullo bajo que se siente cuando todos están un poco dormidos pero curiosos. Por la ventana seguía viendo esos árboles salvajes, enredados con musgo.
Cuando llegamos al Palacio de Pena, las nubes se habían abierto justo lo suficiente para mostrar esos colores intensos — amarillo y rojo sobre todo ese verde. Rui repartió las entradas (nos había avisado que era mejor reservar con antelación) y nos dejó explorar. Las baldosas estaban frescas al tacto; recuerdo asomarme a un balcón y escuchar a alguien reír en portugués abajo. Está lleno de gente, claro, pero hay un silencio extraño en esos jardines — como si todos caminaran de puntillas para no despertar un secreto antiguo.
Cascais era más brillante de lo que imaginaba — el sol reflejándose en los barcos de pesca y gente comiendo helado aunque apenas hacía calor. También paramos en el Cabo da Roca (Rui bromeó diciendo que “el fin de Europa” es un buen lugar para perder la señal del móvil), con un viento tan fuerte que tuve que sujetarme el sombrero. La comida fue libre en Sintra; probé un travesseiro que me dejó los dedos llenos de azúcar por horas. Aún recuerdo ese relleno de almendra hojaldrado.
El regreso por la costa atlántica fue más tranquilo, quizá porque estábamos llenos o simplemente cansados de caminar por calles empedradas todo el día. Escuché a Rui tararear una vieja canción de fado en la radio mientras volvíamos al tráfico de Lisboa — fue como cerrar un libro que no quieres terminar todavía.
Sí, la recogida y vuelta a tu hotel o apartamento en Lisboa están incluidas.
Las entradas al Palacio de Pena están incluidas solo si las seleccionas al reservar; si no, tendrás que comprarlas en taquilla (según disponibilidad).
El tour en grupo pequeño tiene un máximo de 8 personas.
No, la comida no está incluida; tendrás tiempo libre en Sintra para comer donde prefieras.
La palabra clave principal es "tour en grupo pequeño en Sintra".
Visitarás el Palacio de Pena, el centro de Sintra, el Cabo da Roca, la playa de Guincho (de paso) y la bahía de Cascais.
El trayecto de Lisboa a Sintra suele durar entre 30 y 40 minutos, según el tráfico.
El tour es apto para todos los niveles físicos.
Tu día incluye recogida y regreso a tu hotel o apartamento en Lisboa, viaje cómodo en minivan con aire acondicionado y un guía local experto que lidera un grupo pequeño (máximo 8 personas), además de entradas opcionales al Palacio de Pena si las eliges al reservar.
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