Conduce tu propio quad por la costa norte de São Miguel, subiendo por senderos de rally embarrados con un guía local rumbo a las lagunas volcánicas de Sete Cidades. Prepárate para cambios de clima, vistas salvajes desde el Pico da Cruz y momentos pequeños—como reírte con los guantes sucios o recuperar el aliento sobre esas lagunas azul-verde—que se quedan contigo mucho después de volver.
Con las manos firmes en el manillar del quad, todavía olía la lluvia de la noche anterior en la tierra mientras salíamos de Fenais da Luz. Nuestro guía, João, nos hizo un gesto con la cabeza al estilo azoriano—mitad ánimo, mitad “todo va a salir bien”. El primer tramo fue fácil, solo asfalto y una brisa salada del norte. Pero luego entramos en caminos de tierra y empezó el verdadero temblor, el barro rojo salpicando mis botas. Pensaba que iba a fallar al cambiar de marcha, pero João solo sonreía cada vez que se me paraba el motor. Dijo algo de “curvas de aprendizaje” y señaló hacia las montañas que empezaban a alzarse.
La subida al Pico da Cruz fue más dura de lo que esperaba—me dolían los brazos de maniobrar entre las rocas—pero cuando paramos arriba (845 metros, dijo João), todo quedó en silencio salvo el viento entre la hierba. Ahí estaba: Sete Cidades a nuestros pies, esas lagunas verdes y azules casi irreales entre la niebla. Alguien intentó hacerse un selfie pero desistió porque le temblaban las manos después del trayecto. Yo me quedé ahí, respirando eucalipto y musgo húmedo, sin decir mucho. Era como estar en un balcón sobre otro mundo.
Después seguimos por más caminos de rally—João bromeó que era su “atajo” pero parecía que quería que sintiéramos cada bache. Pasando por Cerrado das Freiras y el pueblo de Capelas (con la vieja chimenea de la fábrica de ballenas aún en pie), se olía el ganado cerca y se veían señores saludando desde sus jardines. Mi casco se empañaba cada vez que parábamos junto a las lagunas; me reía de mí mismo intentando limpiarlo con guantes embarrados. El clima cambiaba cada veinte minutos—sol un rato, llovizna al siguiente—pero a nadie parecía importarle.
Al volver a Fenais da Luz, João me dio una palmada en el hombro y preguntó si repetiría. ¿La verdad? Aún recuerdo esa vista desde el Pico da Cruz cuando el ruido del día a día me agobia. Así que sí—probablemente lo haría otra vez.
Debes saber manejar quads o vehículos similares por seguridad; se requiere licencia de conducir válida para los pilotos.
El tour comienza y termina en Fenais da Luz, en la costa norte de São Miguel.
No se menciona recogida; el punto de encuentro es en Fenais da Luz para la salida.
Cima del Pico da Cruz (845m), senderos de rally cerca del cráter de Sete Cidades, miradores en Cerrado das Freiras, y el pueblo de Capelas.
No incluye comida; lleva algo para picar durante las paradas si quieres.
Trae abrigo y chubasquero—el clima cambia rápido—y calzado que no te importe ensuciar.
No se especifica la duración exacta, pero espera varias horas explorando rutas asfaltadas y de tierra alrededor de Sete Cidades.
Tu día incluye un guía local en cada parada, combustible para tu quad por el terreno agreste de São Miguel, cascos para seguridad (y seguro que alguna risa), además de seguro completo para que solo te preocupes por disfrutar esas vistas volcánicas.
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