Recorre la costa salvaje oeste de Madeira en 4x4 con un guía local—siente la brisa en el muelle de Seixal, explora el bosque brumoso de Fanal, nada en las piscinas volcánicas de Porto Moniz y contempla las olas desde la plataforma de cristal en Cabo Girão. Risas, aire salado, quizá barro en los zapatos y recuerdos que duran para siempre.
Subimos al 4x4 justo después del amanecer—Tiago, nuestro guía, sonreía como si supiera algo que nosotros no. Puso música local (un poco alta al principio) mientras avanzábamos por la costa saliendo de Funchal. La primera parada fue un muelle pequeño donde los viejos ya tomaban café y discutían de fútbol. Intenté pedir un espresso en portugués; Tiago se rió y me echó una mano. El aire olía a sal, mezclado con el diesel de los barcos de pesca, y la verdad, fue un placer quedarnos un rato mirando cómo cambiaba la luz sobre el agua.
Luego llegó la “lavadora natural”—una cascada que cae directamente sobre la carretera. Todos sacamos las manos para sentir el rocío (¡frío!) mientras Tiago nos contaba que los locales pasan con el coche por debajo para limpiarlo. No esperaba que una cascada me llamara la atención, pero tenía algo especial. Después subimos al bosque de Fanal. Es difícil de explicar—niebla entre árboles de laurel retorcidos, todo húmedo, verde y casi en silencio salvo por pájaros invisibles. Me embarré los zapatos (debí llevar botas) pero no me importó. El bosque parecía antiguo, como si pudiera tragarte si te perdías.
Después de recorrer Seixal (la playa de arena negra parecía irreal, como si alguien hubiera bajado el color), llegamos a Porto Moniz para comer y darnos un baño en las piscinas volcánicas. El Atlántico estaba helado pero tan claro que se veían todas las rocas bajo los pies. Unos niños locales hacían bombas mientras nosotros flotábamos intentando no gritar por el frío. La comida fue sencilla—pescado a la parrilla, patatas, vinho verde—y Tiago contó historias de las tormentas que azotan esta costa en invierno. Todavía recuerdo esa vista desde el borde de la piscina: océano infinito, sal en los labios.
La última parte nos llevó a Cabo Girão—la famosa plataforma de cristal sobre el acantilado marítimo más alto de Europa. Estar ahí me dio un vuelco en el estómago (¿para bien?). Miras hacia abajo a viñedos colgados en pendientes imposibles y casitas diminutas abajo—es increíble lo que construyen aquí. Alguien dejó caer sus gafas de sol y todos nos quedamos en silencio; hasta Tiago se puso nervioso un segundo antes de reírse.
La excursión dura varias horas con varias paradas panorámicas entre Funchal y Cabo Girão.
Sí, hay tiempo para bañarse en las piscinas volcánicas naturales durante la pausa para comer.
El tour incluye recogida; revisa los detalles al reservar o consulta directamente con el proveedor.
Vístete cómodo para cambios de clima; lleva capas y calzado resistente porque el terreno puede estar húmedo o embarrado.
El tour incluye una parada para comer en Porto Moniz; avisa si tienes necesidades dietéticas al reservar.
La edad mínima es 5 años; los niños deben poder manejar actividad física moderada.
El tour se realiza con cualquier clima; siempre vístete adecuadamente porque el tiempo en Madeira cambia rápido.
Tu día incluye recogida en 4x4 desde Funchal o zonas cercanas, visitas guiadas con un conductor local que cuenta historias en cada parada—desde el muelle de Seixal hasta el bosque de Fanal—más tiempo para comer y nadar en Porto Moniz antes de terminar en los impresionantes acantilados de Cabo Girão.
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